El país -en cuanto a la política- se mueve entre la miseria y la porquería. Alrededor, una misma imagen se repite y repite por los siglos de los siglos, sin ningun “amén”. Estamos comprometidos en ser mirones de segunda clase, observadores silenciosos de lo que ocurre. ¿Y qué ocurre entonces? Que los mismos de siempre, rotan con los mismos de antes, para ser los mismos de mañana.
El escenario político peruano es una broma que se compone de los mismos personajes -como les digo-, rotando de posiciones: un día son gobierno, al siguiente oposición. Y después de un tiempo, es al revés; pero ahora, por cosas de la extinguida participación de la ciudadanía asqueada por todo lo que pasa y por todo lo que deja de pasar, no hay oposicion y “se vive complacientes del gobierno, no importa cual”.
Es por ello que no hay líderes sino cómplices, a un lado de la vereda o al margen de ella.
Los partidos políticos se componen de varios grupos: (1) Lo que queda de los tradicionales, como los rezagos del APRA, Acción Popular o el PPC. (2) Los nuevos tradicionales, donde han aterrizado como por arte de alquiler, los resentidos y los maltratados de los partidos tradicionales, como son Alianza para el Progreso, Podemos, Somos Perú. (3) La mancha roja, que proviene de los burócratas y extremistas del Partido Comunista Unidad (marxista leninista), Partido Comunista Patria Roja (maoístas del Sutep), Partido Comunista Bandera Roja, brazo amputado de Perú libre (una mezcla castrista, albanesa y maoísta, casi casi un “sendero luminoso legal”), (4) Partidos o grupos socialistas de muchos nombres mezclados en las aspiraciones de cabezas visibles de colectivos de izquierda indefinida, como Frente Amplio, Juntos por Perú, Partido del Nuevo Perú por el Buen Vivir, Movimiento al Socialismo, Partido Humanista y cerca de treinta nombres más, que nunca llegan a inscribirse pero proclaman ser una “multitud en marcha”, (5) Los partidos que se dicen de centro, pero son fruto de la izquierda adinerada que quiere se reconocida como popular, como el Partido Morado, Partido del Buen Gobierno, Partido Libertad Popular (6) Los grupos de intereses contrapuestos (mercantilistas e ideologizados) como Ciudadanos para el Cambio y muchas eoenegés que les circundan cuando hay dinero para determinadas campañas o “aglutinamientos” y (7) el fujimorismo de diversas denominaciones o transformaciones sin ese nombre, pero con identidad cercana, como Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País. Ese es el gran escenario de los partidos políticos peruanos o de los que dicen ser partidos políticos en la actualidad.
Frente a todo este desbarajuste y enredo…¿Dónde está la Derecha?
No hay una Derecha para institucionalizarse, al menos por ahora. Y es que hay muchos genios, muchos ilustrados, muchos comodines, muchos “yo se los dije”, pero cero aspirantes a ser protagonistas de una muestra mínima de coherencia y liderazgo. La honestidad intelectual ha desaparecido y prevalece una palabra mal dicha y una muy mal entendida. Los discursos y esfuerzos académicos en cambio, siendo valiosos y además coherentes, les dan miedo a los aspirantes a ser congresistas, alcaldes o lo que sea en la planilla de “ese Estado” que debemos reformular y limpiar de corrupción e impunidad. La Derecha no puede seguir el rumbo de la caviarada busca empleo “en el Estado”. Tenemos que identificar Dirigentes de la Derecha y potenciales candidatos “por la Derecha”, sujetos a la agenda de reconstrucción del Perú.
Recordemos: Entre los que se dicen, pero no sostienen “ser” de Derecha, no hay producción intelectual coherente, no se hace trabajo social ni educación ciudadana. ¿Y así pretenden enfrentarse a las múltiples izquierdas del odio y a las múltiples caretas caviares?
Construir el camino -esa es la tarea-, el camino de la Libertad.