Cada cierto tiempo, se reactivan porque no les queda otra cosa que hacer, porque están agotadas en su cansancio de no hacer nada positivo y en el rechazo que el país les menciona cuando quieren hablar en nombre de los pobres, de los campesinos, de los jóvenes y de las mujeres. Todas las izquierdas han caído más abajo aún, están en la hondonada de donde no les es fácil salir, porque el ir de traición en traición, el pelearse públicamente entre ellas, por dinero, por cupos, por cuotas sucias, les ha condenado al olvido y al rechazo popular.
Hoy, quieren revivir más muertes que ocasionaron por su violencia y agresividad, quieren repetir lo de hace un año cuando la señora Boluarte, su vicepresidente y cajera de Vladimir Cerrón, dio una estocada a sus propios camaradas, abandonando su promesa de renunciar si era vacado su jefe y presidente Pedro Castillo. La señora Boluarte, una ministra de Estado, vice presidente, representante personal de Castillo en varios viajes internacionales (Foro de Davos, por ejemplo), se hizo la olvidadiza y como toda izquierdista que no conoce la palabra lealtad política y honor político, asumió la presidencia (legalmente por cierto), y de inmediato se hizo de un plan ajeno para asegurarse continuidad y prebendas hasta el 2026.
Fue su derecho, fue su loca decisión, pero nos ha llevado a un desmadre, a días de odio y meses de una inestabilidad imparable en lo económico, social y político. Estamos viviendo tiempos de angustias y de enfrentamientos que no deberían darse en el contexto de las oportunidades que tenemos como nación en camino al progreso y desarrollo, lamentablemente interrumpido desde el gobierno de un tal Vizcarra.
Los sucios socios de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón, es decir Verónika Mendoza, Antauro Humala, el partido Morado, los seudo ambientalistas Arana, Vásquez y otras tantas agitadoras antimineras, los panfletarios caviares de la “católica” y los aupados funcionarios de eternas asesorías mediante oenegés quebradas moral y financieramente, se vieron “traicionados por Dina” y encendieron la fogata de la revuelta causando decenas de muertes y centenas de heridos, en especial, de Policías y comerciantes que fueron atacados por trabajar.
Las pérdidas al país durante las acciones subversivas de las izquierdas del odio -hace un año- superaron todo cálculo económico, castigando a los más pobres y a las clases medias, al campesinado y a los transportistas.
Hoy, repetimos lo dicho antes: otra vez las izquierdas, están llamando a la violencia y al odio en las calles; las izquierdas y los caviares están esparciendo el combustible de la peor cizaña y maldad que se pueda esperar, para volver a incendiar al país. Y mientras tanto, el gobierno cede a sus contrapesos, sin darse cuenta que han contratado los servicios de sus verdugos.
Imagen referencial: Captura de pantalla. “En un esfuerzo por mantener la seguridad pública, las fuerzas policiales descubrieron en un inmueble del jirón Camaná N° 380 una variedad de objetos, incluyendo escudos de metal y madera, bombas y artefactos de ataque, a ser usados por manifestantes durante los días jueves 7, viernes 8 y sábado 9. Estas medidas se toman debido a los incidentes violentos que ocurrieron en protestas anteriores, donde se lanzaron bombas molotov y artefactos pirotécnicos contra los agentes del orden”.