Otro día que comienza, otra semana que se inicia después de muchas mentiras, anuncios y peleas donde no interesa lo que se busca, sino el daño que a alguien le va a caer encima, para que con su reacción de cólera inmediata, se haga daño a otro protagonista más y así sucesivamente iremos pasando día a día, tormenta a tormenta entre las páginas amarillas y los cuerpos inertes de más víctimas de la soledad de la democracia y la ausencia de Libertad. Eso es así, eso pasa así. Es el Perú que sigue ahorcándose sin desamarrarse de sus propias cuerdas, las que teje y prensa a diario, también, con emoción suicida.
Hoy estamos como ayer, pero algo peor, ya sea en la economía nacional donde resulta que retroceder es “una señal de avance” según el pésimo ministro que engorda sus pasiones y gustos personales, como un emperador africano de los años setenta (un Idi Amin más guachafo, buscando estar en la foto oficial con la dueña del engorde y jamás poniéndose a trabajar para lo que se le paga y demasiado). Y si no es en la economía nacional donde estamos emergiendo de pura pus y gangrena, lo es en la adolorida y silenciosa economía de las familias, donde el ahorro está languideciendo y pasando a ser otro recuerdo de algun momento en que se pensaba, en casa, que podía ser el impulso de los hijos, el peldaño de alguien por ser más y lograr más. Pero en un país donde se gobierna de espaldas y los que quieren ser la alternancia son expertos en esa posición de espaldas, la tragedia es una gota que se acumula en el vaso de la historia de siempre.
La categoría de honestidad, honradez, lealtad o quizás la emoción de peruanidad, es un vano cuento de ilusiones en un mar de arrebatos de “querer elecciones ¡ya! y ahora”, sin medir ese sueño, arrebato, daño o proyecto de nueva corrupción por la misma vía electoral.
Lo que les interesa a los cerca de treinta grupos autorizados para ser reconocidos como partidos políticos -sin serlo, ya que son marcas comerciales para tentar el poder en una especie de lotería con las cartas marcadas-, es “que se hagan elecciones”, como sea, a causa de lo que sea, si es por unos cadáveres mejor. Eso hacen, es así, siempre buscan ese rumbo, no interesas tú ni tu familia, ni el Perú. ¿El Perú?
Estamos entre el país de nadie, que quieren “tomar” otros ladrones de reemplazo y los disparos mortales de muchos infelices que aspiran a ser ladrones de reemplazo a los actuales, a los anteriores y a los de siempre. ¿Existen salidas? ¿Vamos a explosionar?