Este es un tema que causa polarización inducida, confusión provocada, indefinición por indiferencia y sobretodo, manipulación desde los medios de comunicación.
Polarización inducida, porque se trata de poner en la balanza a dos protagonistas “sembrados”, sin ninguna posibilidad cierta de poder encarnar y representar a la Nación, gentes sin consistencia ni dominio de la gestión pública, personajes anodinos que pueden ser en un caso, el responsable de la muerte de Policías en una asonada cobarde efectuada en alguna zona de los Andes (presentado como un rebelde que lucha “contra el poder de siempre”) y en el otro lado, algún Don Nada que quiere protagonismo porque vive de eso, en el teatro del absurdo, pero que se maquilla como si pudiera ser el reflejo de una esperanza racional, imitada en el rostro de un dignatario que hace el bien por su patria. Es decir, en un extremo, el rostro cholo-rebelde, violento, atrevido, mujeriego y achorado, contrapuesto al de un cómico que se transforma en ciudadano activo y que es arropado como buena gente pero con un lenguaje de slogans efectistas que lo hacen aparecer algo rudo y decidido, agresivo a veces, bondadoso en algunos momentos. Un perverso y un converso, eso es.
Confusión provocada, para que, ante la existencia de veintiséis partidos inscritos en el registro de organizaciones políticas del Jurado Nacional de Elecciones, en una baraja que sigue aceptando más “presidenciables”, no se espere la hora final y desde estos momentos se jueguen los lados de la balanza. En este sentido, comenzarán a decir que “A” es mejor y le inventarán actos heroicos, frases rimbombantes, propuestas revolucionarias y también vengativas, lenguaje populachón y ciertas historias de arrojos que “noveleen” al candidato de ese rumbo que no pedirá alianzas ni frentes, sino que lo sigan a él. En cambio, el candidato “B” tomará dos o tres temas como filón de su mascarada, diciendo que acabará como lo hizo alguien con la delincuencia, que encarnará la lucha contra la pobreza porque él fue pobre y será el sueño de cada colecta pública para lograr solidaridad y besos, abrazos y lágrimas felices. Todo un artista del sueño ajeno, que pedirá que se unan con él.
Indefinición por indiferencia, en las gentes que mirarán poco a poco hacia esos dos lados del espectro político, porque a eso va la senda del nuevo orden político por imponerse sobre la voluntad popular y el silencio ciudadano que no se da cuenta que lo callan para que no participe. Te van a aburrir tanto, que viendo decenas de rostros y miles de promesas a cada rato, todos los días, escándalos de por medio y denuncias a borbotones, la indiferencia se cicatrizará sobre las neuronas como una tapa de cemento que quieres que se quede así (en una especie de “no molesten más” y no digan nada más). La indiferencia crecerá, provocada es verdad, pero el asunto grave es que esa indiferencia te llevará a la indefinición.
Manipulación desde los medios de comunicación, es la etapa póstuma (de muerte consciente, sin resurrección) a la que nos conducen en cada proceso electoral los medios “de incomunicación”, en cuya trama está hacer de la confusión y de los fantoches que protagonizan esta historia, las únicas posibilidades para un gobierno nacional.
¿Esto es cierto? Lo acabo de probar y explicar, cambia las fechas, retrocede unos años y podrás validar con evidencias que siempre es lo mismo: “cualquiera” puede ser, si sale de la fábrica del mal y la perversidad. ¿No tenemos gentes buenas, honestas, preparadas? Claro que sí, pero hay que protegerlas y acompañarlas, solo eso. ¿Te animas?