Algunas personas puede decir con pasión y hasta exageración, que lo que ellas dicen sobre un determinado acontecimiento, es la verdad, siendo en realidad su opinión, valiosa para ellos, pero nunca impositiva, sino no sería una opinión.
Si tomamos en cuenta lo que viene sucediendo en el Perú, para formarnos una opinión es recomendable analizar bien las cosas, los hechos, las palabras, los antecedentes, los momentos y sobretodo los efectos.
Miremos a cada lado si es que nos encontramos al medio, si es que como las clases medias y los emprendedores, somos y seguimos siendo la jamonada del sandwich.
De un lado está el presidente de la República y su grupo de gobierno carente de partidos como soporte y de políticos como voceros, y del otro el presidente del Congreso y muchos grupos políticos y partidarios. Cada quien, cada grupo grande tiene sus ideas, intereses y anhelos, expresados con vehemencia, queriendo imponerlos, tratando de decirnos que son nuestros porque los dos grupos grandes, dicen que nos representan aunque para ser algo sincero, muy pocos ciudadanos se sienten representados en ellos.
Se menciona por un lado que el debido proceso constitucional no ha sido respetado por el gobierno y que se ha actuado dictatorialmente, ya que la solicitud de cuestión de confianza fue denegada fácticamente, que así se interpretó, desconociendo que el Congreso de la República acababa de aprobarla, de concederla, de otorgarla. Es decir, ya estaba en la mente y en los borradores de las Normas Legales la decisión y el modo de hacerlos “aceptables”. Eso se llama tener el guión bajo la mesa, mientras te piden que escribas la obra que ya han decidido publicar, eso se llama trampa.
Se menciona también por otro lado, que el Congreso apresuró un trámite de elección de miembros del tribunal constitucional y esa acción, derribó la paciencia del presidente del Perú que decidió sacar el as escondido bajo su manga, ya no bajo la mesa. Transformó su obsesión compulsiva en un acto de ventaja irregular.
La razón se enmarca en el debido proceso constitucional y no en lo que yo piense o crea según mis gustos o en lo que cada uno piense o crea según sus fanatismos, apoyos o disgustos. Para eso existe el Imperio de la Ley y no el grito de las muchedumbres que pudiendo estar descontentas -y cómo no- con la falta de empleo adecuado, con la inseguridad, el aumento de precios de alimentos y combustibles como nunca en este siglo, han sido inducidas por una prensa absolutamente manipuladora e irresponsable a echarle la culpa de todo al Congreso, siendo estas responsabilidades del Gobierno.
Cuando nos enfrentamos entre peruanos, por culpa de terceros, ellos no pierden nada, nosotros vamos perdiendo todo. Pero cuando quien alienta estas peleas es el que se sabe perdedor -el Presidente de la República- y sigue y sigue incendiando a la sociedad, el futuro se hace muy lejano, la Libertad se hiere de muerte, la Democracia es un olvido.