Una semana es el Tribunal Constitucional el objetivo de toda la maldad de las izquierdas del odio, la siguiente semana se trata de la Contraloría General de la República, luego viene INDECOPI y así, siempre en paralelo al gran enemigo de cualquier suceso (el Congreso), se activan los mismos operadores mediáticos y los mismos jugadores de los denominados partidos políticos para ensuciar con mentiras, inventar con más mentiras y enlodar con puras mentiras, a quienes juzgan como sus enemigos políticos.
Puede ser la Policía, el Ejército, la Iglesia, quien sea, porque el fanatismo es elástico en el ataque y porque los escándalos inventados, distraen a los que en verdad son el origen de todos los males del país: las izquierdas y sus aliados en los medios de comunicación.
En esa sucia tarea, las izquierdas se ponen en marcha y contramarcha cada semana, porque a veces, cuando el Tribunal Constitucional les parece que actúa de acuerdo a sus intereses, aplauden, cuando la Contraloría anuncia acciones en municipalidades que no son de izquierda, revientan de placer y cuando se trata de quien sea que fue su enemigo, pero ahora se pone del lado “correcto”, todo cambia, como un viento nuevo de alquiler.
Los “justificadores” de la destrucción progresiva de la institucionalidad en el Perú, no se cansan de sus maldades y odios, como desde hace más de 50 años, que con la absurda reforma agraria y una serie de reformas insostenibles, empobrecieron al país, hasta que los pocos espacios en democracia, tuvieron que rehacer la nación, que luego quedaba nuevamente expuesta al odio y la maldad que condena todo atisbo de progreso y desarrollo.
Ese ha sido el “avanzar, retroceder, estancarnos” y ahora la tarea, ahora la obligación es romper ese “legado” construyendo opciones fuertes, con líderes convocantes.