La señora Embajadora de los Estados Unidos en el Perú, recientemente acreditada, es una profesional que se expresa con corrección, moderación y un extraordinario conocimiento de las relaciones diplomáticas en toda su extensión. Por ello, al ver, escuchar y leer la entrevista que le hizo un medio de comunicación que intentaba distraer la conversación hacia sesgos poco edificantes, uno advierte que la Embajadora fue lo suficientemente inteligente y perspicaz para no caer en el juego sucio que le estaban colocando un par de “periodistas” carentes de objetividad, integridad moral y profesionalismo, al dejar de hacer las preguntas, para lanzar frases que intentaban obtener respuestas afirmando lo que “el manipulador medio en cuestión” quería obtener en su activismo y posición de izquierda atormentada por la ausencia de protagonismo.
Eso de “hacer caer a la entrevistada” es de una bajeza impropia del periodismo, pero perteneciente a una radioemisora que, perdiendo su historia de valores y su tradición de respeto, sucumbe en las redes de integrantes mercantilistas -en su plana-, de cara a los radioescuchas, que juega con el enfrentamiento, el puyazo en la espalda y el sembrar aceite para que se resbalen los invitados. Muy mal esa radio que ha perdido antenas en la extensión nacional, para ganar sicarios en la perdición irracional.
Las relaciones del Perú con los Estados Unidos de América no se cuestionan por dos perdidos periodistas desviados en su tarea, ni por dos angurrientos de invitaciones a los que les gusta el cocktail hasta perder el equilibrio y el brindis gratuito hasta que se acaben las botellas en reuniones de adulones.
El Perú es lo que tiene y debe de ser, con sus errores y problemas, resolviéndolos aquí, no en el set de una radio venida a menos, no tratando de hacer decir a una autoridad diplomática, que algunos peruanos están mal (el Congreso y el gobierno) y otros están bien (los caviares y los extremistas). La mala política editorial del enfrentamiento y la búsqueda de generación de conflictos es intolerable, no es periodismo eso.
Por eso, felicitamos a la señora Embajadora de los Estados Unidos de América, por ser una Diplomática que se expresó con la mayor tranquilidad y firmeza cuando dijo claramente: “Son los peruanos los que deben decidir sus leyes” y así será, siempre.