Democracia no es la proliferación de la ignorancia, el gobierno de los incapaces o el triunfo de los que hacen todo lo necesario -mediante diversas formas de delito- para que justamente la democracia no funcione y sea cada vez más débil y frágil a fin de inducir a los ciudadanos a la triste escena de su desprestigio, rechazo, fin y reemplazo por “nuevas democracias”, algo así como provocar el suicidio lleno de felicidad.
Estamos viviendo tiempos complicados y heroicos a la vez. Complicados cuando las izquierdas del odio han sembrado a lo largo del tiempo sus venenos inspirativos de maldad, iras y resentimientos. Heroico sin embargo, en paralelo, porque los ciudadanos, los hombres y las mujeres, las familias de cada nación, han ido construyendo islas de Libertad con muros de contención para no contaminar sus vidas y mentes con esos odios y maldades de las izquierdas.
El comunismo, el socialismo, el marxismo leninismo, el maoísmo, el progresismo, el ambientalismo que destruye, la burocracia convertida en tramitología eterna, la abundancia y el exceso de leyes y reglamentos que se reproducen por esporas, todo eso es la izquierda del mal y todo eso debe de terminar para que renazcan las democracias, pero es casi imposible de hacerse cuando a la democracia asfixiada le salen de la manga de un ente electoral, hasta el momento, más de 34 partidos… y de esos partidos, cada uno de ellos puede:
- Presentar fórmula presidencial (presidente y dos vicepresidentes)
- Inscribir 180 candidatos a la Cámara de Diputados y 60 al Senado de la República
- Inscribir candidatos a 25 gobiernos regionales (gobernador regional y cerca de 200 consejeros regionales a nivel nacional)
- Inscribir candidatos para Alcaldes en 196 provincias (incluido El Callao, provincia constitucional) que incluyen cerca de 2,500 regidores provinciales
- Inscribir candidatos para Alcaldes y regidores en 1,890 distritos con alrededor de 20,000 elegidos.
¿Qué quiere decir esto?
Que si cada partido presentase en los inmediatos procesos electorales candidatos a la presidencia, gobiernos regionales, municipalidades distritales y provinciales, requeriría no menos de 23,000 afiliados e “invitados” en el porcentaje que la ley determina, con lo cual se daría el caso de tener en el Perú cerca de 800,000 postulantes a cargos de elección popular “por estos primeros” 34 partidos (primeros porque pueden llegar a 40).
Pero sumemos algo que denominamos “el dato adicional”. Cada uno de esos partidos es un club de intereses y se supone, se menciona, se cuenta, se especula -díganlo como deseen- que cobran por colocar en las listas a candidatos. Por eso, miren bien, por eso es muy complicado que se hagan alianzas de principios porque estos mercantilistas carecen de principios y valores, están enfrascados en un negocio para asegurarse un tiempo de riqueza temporal mientras juegan con las leyes para volver a lo mismo una y otra vez, porque luego dirán que esa reforma no sirvió y es necesario otra y otra y otra más, mientras siguen con sus oenegés y medios de comunicación manipulando al país.
Los verdaderos “partidos” son las oenegés y los medios de comunicación. Ellos son los culpables de este caos y anarquía legalizado y por legitimarse.
¿Alguien se salva? Tal vez, quizás, puede ser que algún movimiento político, o dos o tres. No creo que sean más y también, deben estar sufriendo internamente por los apetitos de los advenedizos, que son más y peores que los candidatos. ¿Quiénes son los advenedizos? Los que financian las campañas y cobran con puestos en el Estado, licitaciones, contratos, prebendas, embajadas, cargos y encargos, coimas y corrupción, robos e impunidad.
Así estamos… ¿Adónde vamos? A lo mismo de siempre, pero peor.
Les dejo dos cuadros con todos los partidos con licencia…para matar la democracia que subsiste: