Vivimos momentos de intensidad y confusión, donde lo que sucede en Nicaragua -por ejemplo- no le interesa a nadie, ni siquiera a la iglesia católica cuyos sacerdotes son perseguidos, encarcelados y desterrados por el gobierno comunista de Daniel Ortega y su pareja sentimental-, pero lo que sucede en Venezuela es como una telenovela turca que concita atención en el horario de su programación. ¿Y cuál es ese horario? Únicamente en periodos electorales, porque después, no pasa nada, ni adentro, ni afuera de la tierra del -paradojas de la vida-, Libertador Bolívar.
Nadie puede negar que Hugo Chávez fue un desgraciado gobernante que generó un aparato represivo y de continuidad dictatorial basado en el adoctrinamiento político de la población. Adoctrinamiento cuya base fundamental es una mezcla de adormecimiento, culto a la personalidad, asistencialismo, cambio de paradigmas hacia el fanatismo, compra de conciencias y “mercado de mercaderes” donde el más mínimo acto opositor se apaga con las fuerzas del Estado y de las organizaciones criminales a su servicio (militares serviles, policía sometida, brigadas barriales que son equipadas con armas, esquemas paramilitares en las periferias y grupos de habitantes coordinados para rápidas movilizaciones de militantes del partido del gobierno).
En estos tiempos, el heredero de Chávez, un tal Nicolás Maduro, muñeco del jefe del aparato represivo, otro tal Diosdado Cabello, ejerce de forma brutal el poder “socialista”, logrando en una forma u otra el control general de la sociedad, ya que ni una sola movilización destruye, atemoriza o pone en jaque a la dictadura y eso, es lo que no entienden los divididos miembros de la dividida oposición, porque le siguen dando tiempo a Maduro y sus ejes totalitarios en Venezuela y los países donde se activa la cadena de actos de identidad (Foro de Sao Paulo, Grupo de Puebla).
El rol de María Corina Machado es espectacular para una mujer brillante, pero la siguen dejando sola frente al andamiaje totalitario y ella solita no puede hacer todo lo que se requiere. Sin embargo, María Corina no se amilana, suelta sus estructuras de Paz y Democracia en la absolutamente desigual batalla por la Libertad.
Y es justamente el desarrollo de estos eventos lo que nos va diciendo que las izquierdas tienen conceptos equivocados -a propósito- sobre la Democracia, convirtiendo lo absurdo en algo “ahora” definido como racional y en esa treta caen presidentes que no abren la mirada hacia Venezuela, cuando todos los países miembros de la inútil Organización de Estados Americanos han debido desde hace muchos años, sancionar al gobierno de Chávez primero y al de Maduro luego, ejerciendo las presiones, amenazas y condiciones necesarias para el retiro de los comunistas vestidos de revolución. Pero no se ha hecho nada, se ha repetido la secuencia cubana por la cual, durante más de setenta años se sigue asesinando la esperanza, la Libertad y el anhelo de un pueblo que ha sido ajusticiado por el comunismo.