Tras rezar la oración del Ángelus, el Pontífice se detiene en los conflictos que desgarran a varios países del mundo e insta a proseguir las negociaciones para que cese el fuego en Oriente Medio. Entristecido por las numerosas víctimas de las guerras, Francisco recuerda en particular al joven de 23 años Hersh Goldberg-Polin, encontrado muerto el 10 de septiembre, cuya madre había recibido en el Vaticano el pasado mes de noviembre junto a las familias de otros rehenes
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Nuevo y sentido llamamiento del Papa Francisco por la paz en Oriente Medio. Al final del rezo del Ángelus, el Pontífice pidió el cese de las armas y un acuerdo para poner fin al conflicto: “Que cese el conflicto en Palestina e Israel, que cese la violencia, que se liberen a los rehenes, que continúen las negociaciones y que se encuentren soluciones de paz”.
El pensamiento del Pontífice se dirige, sobre todo, a los miles de “víctimas inocentes” y a los numerosos jóvenes que han perdido la vida: “Pienso en las madres que han perdido a sus hijos en la guerra. Tantas vidas jóvenes truncadas”.
Entristecido, Francisco recuerda, en particular, a Hersh Goldberg-Polin, de 23 años, «encontrado muerto el 10 de septiembre con otros cinco rehenes en Gaza». El 22 de noviembre se había reunido con la madre del joven, Rachel, junto con una delegación de familiares de los rehenes, y fue ella quien le entretuvo más tiempo: “Me impresionó por su humanidad. La acompañó en este momento. Rezo por las víctimas y sigo estando cerca de todas las familias de los rehenes”.
Con voz entristecida, el Papa invita también a no olvidar «las guerras que ensangrientan el mundo» y de nuevo la «atormentada Ucrania» y Mynamar. En el frente de Europa del Este, continúan los ataques con drones entre Moscú y Kiev, pero ayer se produjo un intercambio de prisioneros de guerra, en un acuerdo mediado por Emiratos Árabes Unidos. Rusia y Ucrania liberaron a 103 personas cada una. Los rusos liberados habían sido capturados durante la incursión ucraniana en la región de Kursk, según Moscú, mientras que algunos de los ucranianos ahora libres eran prisioneros desde que las fuerzas rusas se apoderaron de la planta siderúrgica de Azovstal en mayo de 2022.
Con información vía Vatican News