Si le preguntan a cualquiera ¿Cuál es el rostro del Perú?, la respuesta sería que ya no tiene rostro, ni cara identificable, que es una cara monstruosa la que se ha superpuesto a la del DNI, como si fuera un pasaporte extranjero, ya que la identidad nacional está perdida, en especial cuando millones no tienen empleo, ni hogar, ni servicios habitacionales básicos, ni siquiera una mínima capacidad educativa o un capital inicial de impulso, cuando el obrero y el campesino no pueden construir ni sembrar su propio camino, cuando el Maestro debe pensar en hacer política para buscar su futuro, ya que con lo de ahora, no tiene presente. ¿Ese es un país?
Puedo decir que lo que ocurre en el Perú es la mirada ajena a la concertación, el enterrar el diálogo y el secuestrar posibles acuerdos ciudadanos, porque no existe disposición en los que deberían trabajar para ello. ¿Quiénes son los que deberían hacerlo? Los partidos políticos. ¿Pero con 36 partidos, ni uno solo hace la pelea por recuperar o construir una mejor una Democracia? No lo sé, porque no lo leo ni veo.
Lo que vemos y leemos, lo que escuchamos a diario es sucios privilegios, componendas, máscaras y maquillajes, soberbia y vanidad, petulancia e insulto al propio país. Y los que lo hacen, son los partidos políticos y sus entornos, en especial, los medios de comunicación que los impulsan, que son como nuevos partidos o nuevas organizaciones criminales deshaciendo el concepto “democracia” para ver cómo lo reinventan en algo turbio que les permita, a los corruptos y delincuentes de todo tipo de crimen, seguir haciendo riqueza, sobre la pobreza de millones.
No es radical decirlo, es radical no señalarlo: los ciudadanos no podemos estar en un silencio tan tonto y tan largo, pero también, no podemos reemplazar el silencio por la torpeza de cambiar de ladrones, porque eso es locura y suicidio. Y algo más: “no decir nada, también resulta una forma de soberbia” ¿Lo sabían?
Vayamos a otra reflexión necesaria ¿En el Perú de ahora, nos gobiernan ladrones? Claro que sí y no me refiero al poder ejecutivo o legislativo en su conjunto, sino que la delincuencia, la criminalidad, tienen el control del país y eso es innegable. Los ladrones controlan al poder político y desde allí hacen y deshacen el ordenamiento legal. ¿Y qué debemos hacer para evitar esa desgracia? Allí está el problema: participar.
Pero, me preguntan ¿Cómo participar en política si hay puro ladrón, mentiroso y corrupto? Participando con dignidad y valentía, diciendo la verdad, cubriendo tu espalda para que no te acuchillen. Participar con sensatez y tenacidad, en tu medio de vida, desde tu casa, en tu trabajo, en la universidad, donde sea.
Hay que sacarle la máscara y el antifaz al político sinvergüenza para que la gente conozca el rostro absoluto de la maldad y escuche la voz de esos rostros y las silencie. Hay que decir las cosas como son. No hay que callarnos y no debemos permitir un cambio de posta entre ladrones, sino el destierro de la política sucia, por la presencia vigorosa y permanente de una ciudadanía sostenible en el tiempo.