Un país no se sostiene en el temor, en la maldad, tampoco en la ignorancia. Pero es peor decir o creer que se puede sostener en el irrespeto al ordenamiento legal existencial, porque eso es un callejón cuya única salida es la quiebra moral de la sociedad en su conjunto, el desbarrancarse en la miseria humana y eso, es lo que nos está pasando como país descompuesto, desganado, aburrido, sin sueños, sin esperanzas.
Los “iluminados” se sienten únicos en su propio fango. Piensan que ellos y solo ellos (y ellas) son los mejores y tienen la guía necesaria para los problemas y para hacer más problemas. Les hemos dado un voto de locura a más de cien incompetentes, ignorantes, fantoches, estafadores, tramposos y tramposas, extorsionadores “modernos” que juegan con aprobar o desaprobar leyes para “pedir y exigir algo a cambio”. Y lo sabemos y lo toleramos, o aceptamos que es verdad ese chantaje lucrativo, pero por la estabilidad del sistema, no hacemos mayores líos y dejamos que todo fluya.
El dejar hacer y el dejar pasar, es la estupidez más grande que hemos logrado activar permanentemente y seguimos en lo mismo: si sale la presidente Boluarte, entra uno peor. Sí pues, es así, es “esta democracia” demente, la que aprobó reformas inventadas en los sectores frustrados (caviares y más, medios de comunicación muertos de hambre y más, academia de fracasados y más, mercantilistas del oprobio y más), que gracias al desgobierno de Vizcarra generó el arte del nuevo odio y la perdurabilidad del caos aumentado.
No hay Instituciones, solo quedan placas de recuerdos. No tenemos auténticos Colegios Profesionales, sino guaridas de acomplejados que se “doctorean” y quieren ser Congresistas, ministros o tal vez, comprar a presión de absurdos planteamientos, cualquier cargo público. Lo vemos, lo hemos visto y lo seguiremos viendo, cuando un pobre diablo es colocado como Embajador porque es del partido del que gobierna, cuando una “amiga” es puesta también como Embajadora porque fue la partera de la esposa del presidente o cuando una decana de un “Colegio” profesional es nombrada ministra en el sector de la salud. ¿Es eso gobernar? ¿Así construimos un país de escombros y abandono?