Las izquierdas del odio son tantas y diversas que van desde el coche bomba a un bar de Barranco, desde los comunistas extremistas que idolatran a Sendero luminoso y el MRTA, hasta los burócratas socialistas caviares y progresistas de toda la vida que anidan en un par de universidades, el cártel de los medios de comunicación y muchas oenegés. El chicle se estira y sin servir, algunos quieren mascarlo para hacer globitos, es así en el Perú.
No hay “centro” ni a la izquierda ni a la derecha, no existe ni centro izquierda ni centro derecha, eso es hipocresía, estupidez, mercantilismo puro vestido de sentimentalismos de adorno, participación de mentira y acción para el contubernio y la corrupción. Indefinidos a conveniencia, parásitos de inmovilidad, bacterias de indecisiones e inacción, eso son los que siendo de izquierda y no queriendo decir que lo son, porque no les gusta cholificarse ni juntarse con los radicales y ultras de su sector, inventan ser de centro izquierda, pero si les hablas de Cuba, Nicaragua y Venezuela, levantan el puño y cantan la Internacional.
¿Y los de centro derecha? Son lo peor, porque les asusta hablar de la defensa y promoción de la Libertad, de la propiedad privada, del derecho a la vida, la familia, libre mercado y miles de temas “donde ceden posiciones” para no verse como de derecha o conservadores. Les encanta la ideología de género, lo LGTBIQ, conciertos de Silvio Rodríguez y poemas de algún desperdicio intelectual. Son esos que dicen que hay que conversar con todos para marchar y organizar acuerdos (con los que te van a quitar tus derechos y te van a matar).
Los que están “por su lenguaje” autodefinidos en el centro, en realidad se encuentran ausentes de ubicuidad y ubicación. Se autoperciben de centro y no existen autopercepciones, o eres o no eres.
¿Y la derecha? ¿Cuál? Hasta el momento ni un solo autonombrado candidato que no es de las izquierdas ni del centro del acomodo, ha sido lo suficientemente honesto y valiente para decir “soy de derecha” porque le tienen miedo -esos cobardes del acomodo- a transmitir un sentido de pertenencia y rostro político frente a la ciudadanía y entonces, le dan espacio a los comunistas, socialistas, progres, caviares reciclados y rateros de siempre para estar en la pantalla, en la portada, en la rueda de la atención de los electores. No se ve a los de la derecha partidaria porque no hay partidos definidos de derecha, En cambio, fuera de los partidos, en las redes sociales, sí se pueden identificar y reconocer a peruanos de derecha.
Así estamos amigos y no amigos, y seguimos igual, en camino de ser algo peor que antes. ¿Porqué? Es que faltan huevos en la cocina. En la cocina donde se tiene que preparar la reivindicación de la Democracia y la Libertad.
Imagen referencial, captura de pantalla en redes