En la universidad, un catedrático expresó lo siguiente al auditorio de alumnos que se congregó a escucharle: “La multiplicación otorga más, la división produce menos. Cuando sumamos se logra más, cuando se resta tenemos menos. Los países con agenda presente y destino futuro, crecen usando la regla de más. Los países con gente en constante ausencia de participación, se relegan a ser los menos”.
Si se dan cuenta estimados lectores, el Perú es una permanente suma y multiplicación de “menos”, mientras nos dividimos y restamos “más”. Somos los campeones olímpicos de las contradicciones y las asumimos como algo natural y desperdiciado, lo sabemos, lo aceptamos, lo criticamos y no hacemos nada más que decirlo y seguimos en lo mismo, como si la pendiente fuera inacabable.
Tenemos un maravilloso país al que nunca le faltan oportunidades o recursos, pero regalamos o perdemos en el sentido de “no urgencia”, entregando las decisiones y las acciones a los dirigen menos, para robar más. Por eso no tenemos gestores, sino “actores corruptos” en el teatro oficial del absurdo.
De esta forma, se presenta para el país un inmenso desafío en las siguientes elecciones: saber entre 42 partidos si alguno sirve y tiene gente capaz y honesta, o seguiremos en lo mismo de siempre, pero peor. La frase es para la tristeza y no se trata de una anécdota: “lo mismo de siempre, pero peor”.
Inundados de 42 organizaciones que se hacen llamar partidos políticos, entre las cuales tal vez, quizás, pudiera ser que cuatro o cinco -exagerando- lo sean en cierta forma, quedan 37 o 38 que son cualquier cosa, menos un partido político nacional, con programa de gobierno, planes de acción regional y local, agenda de desarrollo para el país, dirigentes reconocidos en cada departamento y provincia, líderes convocantes y militantes de apoyo en la tarea de activar bases que unan a la ciudadanía en la participación activa.
No hay oferta política y sobra mercado electoral, por eso cientos de truhanes, ladrones, corruptos, sinvergüenzas, caviares, izquierdas violentas y extremistas, sindicalistas explotadores de sus compañeros, gremios en crisis y sicarios mediáticos auspician y propagandizan a esos treinta y tantos grupos de desprestigio institucional, en los que habitan desde un asesino de policías, hasta eternos candidatos que usan sus partidos como gancho para sacar dinero a incautos, ingenuos, ignorantes y algunos delincuentes, colocándolos como candidatos a lo que sea y para lo que sea (diputado, senador, gobernador o consejero regional, alcalde o regidor provincial o distrital).
Un partido puede requerir para esos cargos rentados, alrededor de quince mil candidatos (130 diputados, 60 senadores, 26 gobernadores y 196 consejeros regionales, 196 alcaldes y más de 2,000 regidores provinciales, cerca de 1,900 alcaldes distritales y poco más de diez mil regidores acompañándolos). Todos ellos cobran de nuestros impuestos y además, llevan a trabajar a sus familiares y compañeros de partido al Congreso, gobiernos regionales, gobiernos locales y cuantas empresas públicas existan en su ámbito. Hablamos que un partido puede ofrecer hasta 15,000 cupos “previo pago” y una cuota mensual “post elección” (mochar sueldos) y también, sale el método post pago de las licitaciones, contrataciones públicas, asesorías, consultorías, publicidad, etc, etc y etc.
Y si multiplicas 15,000 por los 42 partidos…
Conclusión:
Estamos cerca de seguir perdiendo más nuestra Libertad, entregándola como cada cierto tiempo, a los piratas de la Democracia y los verdugos de la Libertad.
Imagen referencial, Freedom de Faye Hall