Una Ley que protege al país y separa la distancia entre subvenciones legales y ayuda ilegales, era necesario para entender cuál es el rol que deben de tener las organizaciones no gubernamentales en una nación libre, como es el caso de nuestro país, ya que durante décadas, determinadas ONG se implantaron solamente para hacer daño, causar daño e incitar al daño contra toda institución que le fuera “un estorbo” en sus ambiciones y objetivos para hacer de la desestabilización, una agenda ideológica que fuera destruyendo por ejemplo, a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, ya que en paralelo, tomaban el control del Ministerio Público y el Poder Judicial, teniéndolo ya en el Poder Ejecutivo y gran parte del Congreso (las denominadas ONG).
Y no solo eso, fueron en amplitud de adoctrinamiento hacia las universidades, iglesia católica, gremios, colegios profesionales, sindicatos, medios de comunicación, organizaciones vecinales, partidos políticos y cuanta forma de agrupación ciudadana existiera. Es así que nacieron “los del centro”, que junto a los progres y los de izquierda, no son sino militantes y activistas muy bien enmascarados en las poses que les dictan sus auspiciadores económicos (con viajes nacionales e internacionales, pagos cuantiosos por charlas y conferencias, discursos en los seminarios de fanatismo político, dinero oculto para movilizaciones y protestas, apoyo millonario en panfletos, volanteo y propaganda extremista, entre otras tantas ayudas escondidas). No era, no es pues una operación blanda, sino el andamiaje de la perversidad para atacar los principios, valores y virtudes de los opositores al marxismo que en una nueva forma de penetración, movía millones para lograr su penetración, expansión y consolidación, en una batalla no solamente cultural, sino esencialmente política, donde las traiciones eran innumerables -por dinero- y donde las lealtades eran casi inexistentes, por ausencia de convicción, dirigencia y liderazgos.
¿Cómo funcionaban / funcionan “esas” oenegés? Industrializando el odio, el resentimiento, la venganza y crimen político. Hoy sin embargo, salido a la luz lo que hacen, cómo lo hacen y de dónde reciben millonarios recursos, deben y tienen que dar cuenta de sus acciones. ¿No les gusta? Que se vayan entonces, que se larguen del país, que no molesten más. Así de sencillo.