Los asilos, son una especie de luz ante la desesperanza y el abandono, o una simple expresión justificatoria para permitir la impunidad mediante el escape de los criminales. No hay término medio y por eso, en el mundo de la política actual, tan a la mafia, es interesante emitir una opinión sobre hechos que para ser probados, requerirían contar con una infraestructura de validación que no es alcanzable para el periodismo independiente, salvo que la propia Justicia lo haga.
Recibí informaciones hace dos semanas, sobre la presencia en la ciudad de Lima de agentes del más alto rango de la ABIN (Agencia Brasileña de Inteligencia), un organismo que depende directamente del Presidente Lula, el del escándalo Odebrecht, quienes en una acción coordinada tuvieron entrevistas previamente coordinadas con representantes del gobierno del Perú, con la denominada “pareja presidencial” así como personal diplomático de ambas naciones, en un hecho sin precedentes, ante la filtración de la sentencia condenatoria a los procesados esposos del partido político que recibió millonarios aportes irregulares e ilegales de los gobiernos de Venezuela y Brasil, en este segundo caso, lavados vía Odebrecht según se ha mencionado en repetidas ocasiones.
La estrategia tenía el siguiente planteamiento:
- Ante la condena por establecerse, se puede jugar dos cartas. La primera es que el esposo asista a la corte de justicia y sea notificado directamente (pudiendo apelar), mientras la esposa estaría un día antes en la residencia diplomática o en las oficinas de la Embajada de Brasil, firmando los documentos de la solicitud de asilo. Esa acción genera doble distracción al no poder victimizar a la esposa de ninguna forma creíble.
- El gobierno del Perú, garantizaría la expedición inmediata del salvoconducto y un avión de la Fuerza Aérea Brasileña FAB la recogería (la orden es que al darse el salvoconducto, el avión partiría desde la base más cercana a la frontera, para ahorrar tiempo y evitar inconvenientes de protestas. Por eso se programó que el avión de la FAB aterrice en el Grupo Aéreo #8 entre la medianoche y las tres de la madrugada).
- Los gobernantes peruanos aceptarían gestionar un indulto presidencial múltiple los siguientes meses, a los ex presidentes sentenciados o en vías de condena penal (Alejandro Toledo, Pedro Castillo, Ollanta Humala y probablemente Martín Vizcarra) cuyas colectividades afines o propias garantizarán a su vez, que Boluarte se vea ayudada, favorecida o protegida de igual manera, directa o indirectamente al dejar su cargo. Esto es algo de la acostumbrada novela política, casi imposible, pero para los peruanos, es algo totalmente posible en la irracionalidad que tienen que soportar en el teatro del poder.
- Se ha preparado toda una estrategia propagandística y publicitaria para los siguientes meses, con el fin de crear una falsa imagen de “reconciliación nacional para dejar el poder”, ya que Dina Boluarte es el objetivo de muchos grupos ciudadanos para ser procesada por múltiples crímenes.
- Dina Boluarte, al conocer los resultados electorales del 2026 pensaría abandonar el país y no esperar al 28 de julio de ese año para entregar la presidencia, sino a quien esté a cargo de la Presidencia del Consejo de Ministros o del Congreso de la República, generando un espacio de inestabilidad gubernamental, con lo cual podría escaparse del país y formalizar su asilo en Brasil.
- Como la sentencia condenatoria a la ex primera dama Heredia se convierte en un tema de oportunidades políticas, es a la vez la excusa perfecta para condenar a la ex candidata presidencial Keiko Fujimori, quien a pesar de haber sido encarcelada preventivamente en anterior ocasión, nunca ha insinuado un asilo, lo que la coloca en una incómoda posición personal y política, ya que nunca sus partidarios han tenido la fuerza y constancia suficiente para luchar por su libertad en anteriores ocasiones.
El plan, la operación Corcovado, ha sido un perfecto ejemplo de acción de inteligencia operativa, cumpliendo el objetivo de sacar a la socia engreída de Lula, de la cercanía del cumplimiento de la sentencia por sus delitos.
La que fue primera dama, es la jefe de una peligrosa organización criminal con ramificaciones que se extienden en Venezuela, Francia y Suiza, donde cuenta con aliados para cualquier contingencia y fondos para suficientes años de mala vida. Esa es mi opinión final y no tengo pruebas, pero tampoco duda alguna.