Los días del Trabajo, se deben a quienes trabajan, no a los que quieren aprovecharse desde la ociosidad de sus militancias políticas frustradas, los logros de los que luchan para progresar y conquistar mejores niveles de vida con sus familias. No es un “día de los sindicatos” porque con las licencias sindicales y las cuotas sindicales ya se sabe donde terminan los dineros de los afiliados que sucumben a las amenazas de los eternos dirigentes que van rotando de cargos como de billetes malamente obtenidos. Sin embargo, hoy, no es extraño que algunos medios activistas y militantes de la redacción del odio, saquen falsas historias y testimonios inventados de mequetrefes y galifardos que engañan, pervierten y aniquilan la esencia del movimiento laboral.
Es el Día del Trabajo y de los Trabajadores. En esta designación, no entran los políticos ni sus comechados, no se cuentan los que se burlan del país a diario y están en planillas siendo fantasmas laborales con carnet partidario o recomendación de burócratas, que como ellos, se encuentran en oficinas del Estado o desde sus casas, sin hacer nada bueno por el país. Cobran y demasiado, se aprovechan y es por placer mercantilista, no aportan nada para el Perú, son el rostro de las izquierdas progres, caviares y extremistas que están allí únicamente, con la finalidad de destruir desde adentro, la precaria institucionalidad y la débil democracia que subsiste a pesar de todo.
Torpes y perezosos, negacionistas y agresivos, violentos y pervertidos, esos, todos los de las izquierdas del odio, repudian trabajar, aplauden la vagancia política, se reconvierten en lo mismo que niegan. Así que escúchenlo: es nuestro Día, el de los que trabajamos por el Perú, por nuestras Familias, por nosotros.
Tengamos la esperanza puesta en que el siguiente año se pueda dar el milagro de contar con gobernantes y no con malhechores, con congresistas y no con el lumpen partidario, de tránsfugas y maricones -o sea cobardes-, que inundan de leyes absurdas, el ordenamiento jurídico de la nación. Ya es tiempo de la Derecha, la verdadera derecha, la que no juega con el tiempo, la que no hunde vidas, la que no pacta con la porquería de la izquierda.