El actual gobierno, como el anterior y sus precedentes, hacen lo que les da la gana -en términos duros- porque no existe una opción “al frente”, ni oposición (como debe ser: con mensajes secuenciales, frecuencia de voz que llama a la unidad proponiendo acciones concretas, con dirigentes que no sean “saca plata” en colectas que no rinden cuentas, con voceros que sepan hablar y que digan las cosas con claridad en vez de gritar estupideces en cada marcha de los menos convencidos que hacen algo bueno). ¿Qué buscan esos que ahora lloran como el detenido que ha robado y dice que es la primera vez, siendo la de todos los días? Creen que hablando tonterías y haciéndose los dolidos “porque nos están matando” -dicen de otros, no de ellos-, van a poder generar protestas que serán el elemento acumulador de seguidores, activistas, donantes y militantes de sus movimientos políticos y no de la causa de los que aparentan representar. No dan ejemplo en nada, por nada.
Hace poco tiempo, uno de los más entrevistados por los medios categoría mermelada, se declaró en huelga de hambre “hasta morir si es necesario”… y duró seis horas porque le descubrieron mintiendo con 1/4 de pollo a la brasa como fiel compañero de lucha, junto a otros nueve que empanzados de tanto comer, sufrieron de cólicos por la empachada y finalizaron el acto heroico… de mentir.
Esto dijeron en una de tantas obras teatrales:
“Desde ayer hemos iniciado una huelga de hambre y hemos pernoctado a las afueras del Congreso, ya que hoy estamos en una convocatoria masiva a los compañeros transportistas y a los demás gremios y civil organizada, para que vengan a la Av. Abancay”. Al día siguiente, no había nadie en huelga de hambre, ¿Porqué mienten los que se denominan a sí mismo dirigentes?
La costumbre en las izquierdas del odio es poner como sublimes y “líderes” a un par de fantoches, varios de los cuales ni siquiera manejan un ómnibus, coaster o combi porque hace años les quitaron la licencia de conducir a causa de graves condiciones. ¿Lo sabían esos medios? No, porque ahora no existe Periodismo, sino activismo vil, militancia de interés pecuniario, improvisados que se llaman “los comunicadores” pero que son pura soberbia y vanidad sostenida para maquillar que no son periodistas, como no son líderes ni dirigentes los atorrantes que lloran mentiras mientras abandonan a los que son las reales víctimas (porque los usan en provecho propio, con la ayuda siempre interesada de los grupos de las izquierdas del odio, donde los caviares se están jugando el nunca más tener un solo congresista).
Los auto denominados transportistas no tienen un gremio unificador, sino grupitos en pugna de poder y presión, como los desaparecidos gritones de construcción civil, los expertos en “tírate, caéte”, maestros del engaño y del daño a millones de niños y jóvenes que en los últimos años han perdido más de dos años de clases efectivas (sin contar los efectos devastadores de la pandemia). Y es lo mismo en casi todos los “partidos políticos”, verdaderos grupos sin moral, principios ni valores, esperanzados en hacer caja con incautos candidatos al Congreso y tentar a la suerte a ver si pescan algo, como Castillo.
Amigos y no amigos; Van decenas de marchas y “paros nacionales” fracasados… sin voz, sin liderazgo, sin actitud, sin ejemplo dirigencial, buscando dinero para bolsillos sucios, incentivando un estallido (ya no dicen revolución) que les de poder desde el Estado o extorsionando mientras tanto, a los que no les enfrentan como debe de ser.
¿Quieren sacar a Boluarte? ¿Quieren que se vayan todos? ¿Otra vez contra APEC o un evento internacional que desprestigie al país? Hagan política honesta, lean y estudien, construyan mensaje de unidad, digan la verdad y dejen el odio que los envenena y envilece.