Según un reciente estudio de ESET Latinoamérica, el 62% de los usuarios peruanos ha sido blanco de algún tipo de intento de fraude en línea. El dato, que ubica al Perú entre los más afectados de la región, revela el alcance de ataques como el phishing, que se aprovechan de la baja conciencia digital y de brechas tecnológicas en protección de datos personales y financieros.
“Los ataques ya no requieren malware complejo. Un mensaje bien redactado puede ser suficiente para que una persona entregue sin saberlo información confidencial. Y lo más grave es que muchos no se dan cuenta de que han sido víctimas”, advierte Jorge Iglesias, CEO de Topaz. “En este contexto, la clave es anticiparse, no solo reaccionar”.
Aunque no existe una fórmula única, las entidades financieras están migrando hacia modelos de seguridad más inteligentes y adaptativos. Soluciones digitales muestran cómo la tecnología puede integrarse de forma discreta pero eficaz en la protección de procesos críticos. Las instituciones que han adoptado este tipo de enfoque han logrado reducir en hasta un 80% los intentos de fraude.
De acuerdo con el Índice de preparación del Gobierno para la IA 2023, el Perú ocupa la posición 58 a nivel mundial y el sexto lugar en Latinoamérica. Este avance se debe a diversas iniciativas orientadas a la promoción y regulación tecnológica. Sin embargo, los especialistas advierten que la normativa no basta.
“Podemos tener marcos legales modernos, pero si el usuario no sabe identificar una estafa, seguirá siendo vulnerable”, señaló Iglesias.
Secure Journey
Una de las soluciones que viene ganando tracción frente a esta problemática es Secure Journey, una propuesta de la firma tecnológica Topaz. Esta suite modular permite analizar las transacciones en tiempo real, ajustar los niveles de autenticación según el riesgo detectado y aplicar inteligencia artificial para identificar patrones anómalos.
Además del componente antifraude, estas plataformas permiten reforzar los procesos de prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo. A través de módulos de KYC automatizados, alertas inteligentes y cumplimiento normativo integrado, ayudan a las entidades a responder de forma ágil ante exigencias regulatorias, sin afectar la experiencia del cliente.