Nadie muere “extrañamente” pero para los medios de comunicación de alquiler, para los agentes virtuales de los medios activistas, sus vendettas y crímenes internos y externos se tapan como hechos simples, siendo en realidad actos terribles que nacen de su peleas de poder y sumisión, celos por odio irracional y envidias que nacen de la deshonestidad intelectual que los consume, sino, pregunto ¿Porqué decirle suicidio al asesinato del número dos de la organización delictiva y subversiva las chalinas verdes? ¿Porqué ocultar muertes desesperadamente, si dicen que siempre buscan la verdad? ¿Porqué siguen mintiendo las izquierdas del odio que los desaparecidos durante los años del terrorismo fueron ciudadanos comunes ajenos a los extremistas, cuando la realidad ha demostrado que eran los miserables del partido comunista sendero luminoso y el MRTA? ¿Cuántos cadáveres más se deben sumar para que se sigan tapando suicidios que son asesinatos y matanzas que son crímenes de lesa humanidad que los terroristas causaron contra decenas de miles de peruanos?
Las izquierdas del odio son las responsables directas de los niveles de delincuencia, corrupción, impunidad que siguen creciendo y que provienen de los cárteles de la política, de los cárteles del narcotráfico, extracción ilegal de minerales, tala y deforestación, trata de personas y prostitución infantil. Las izquierdas del odio son expertas en extorsiones, secuestros, robos y asesinatos. ¿No es acaso el drama de los peruanos de las comunidades de la selva, como los Asháninkas, una evidencia de ello? ¿Y acaso el partido comunista sendero luminoso o el MRTA se han incluido en procesos de lesa humanidad, desaparición forzosa y genocidio?
Así como les duele cada día que los más jóvenes rechacen el marxismo leninismo convertido en progresismo y mil nombres más, así se eliminan los comunistas entre ellos porque en el siguiente proceso electoral saben que van a desaparecer y desde hace unos años vienen ejecutándose entre “camaradas”. ¿No se han dado cuenta?
Estamos dejando de ver lo evidente y de señalar la responsabilidad que les atañe a los que destruyen la poca institucionalidad que sobrevive. ¿Qué queremos, seguir perdiendo al país, por mantenernos en silencio? Lo que está ocurriendo afuera, ¿Ya comienza a ser natural aquí y se ha preparado el terreno de sangre y nuevo terror en la nueva izquierda del odio?