Los Estados Unidos, es uno de los dos países en el mundo, que teniendo presupuesto federal aprobado para el año fiscal (2025-2026), tiene detenida su ejecución por carecer de voto aprobatorio que autorice el incremento en el límite de endeudamiento. Por esta razón se produce lo que se conoce como: “Government Shutdown” o el cierre del gobierno federal.
El cierre de gobierno ha ocurrido en 21 oportunidades en los últimos cincuenta años, siendo el más largo, durante 35 días en el 2018 durante la primera administración del presidente Trump. El segundo, en duración fue en 1995 durante la administración del presidente Clinton, con 21 días; y el tercero, en el 2013 durante 16 días, en la administración del presidente Obama.
¿Qué es lo que ocurre en generalidad de los casos? Que, en medio de disputa política, que usualmente se identifica entre los lideres en el congreso, se suspenden las operaciones federales no esenciales, hasta que se reestablezca la financiación. Esto usualmente se hace vía una resolución continua, que eleva el techo de endeudamiento sin ocasionar cambios en partidas presupuestales.
Además, durante la vigencia del cierre del gobierno, la Oficina de Administración y Presupuesto, OMB por siglas en inglés, es la responsable de coordinar y determinar la prioridad de actividades esenciales y no esenciales, por lo cual, cientos de miles de empleados federales a nivel nacional, han sido suspendidos temporalmente sin paga (furlough); y la gran mayoría, enfrentará retrasos en el pago de sus remuneraciones, sobre todo, si el cierre sobrepasa la primera línea de los 10 días [1].
Luego de esta primera semana de cierre se espera que se alarguen colas en aeropuertos, se ocasione reclamos ciudadanos por el cierren parques federales, así como retrasos, como, por ejemplo, en la publicación de información federal (estadísticas de empleo, inflación, comercio, entre otras).
Lo mismo ocurre en una multiplicidad de agencias federales, como el IRS, que postergan sus acciones de supervisión, lo mismo que se presentan retrasos en el procesamiento de préstamos y subvenciones federales, que proporciona la Administración de Pequeños Negocios (SBA) y la Administración Federal de Vivienda (FHA), subvenciones para pequeños negocios y el pago de seguros en hipotecas y para alquiler de viviendas asequibles.
Todo ello con el propósito de mantener operativos y pagos los servicios civiles esenciales, así como el Programa Federal de Alimentación Suplementaria (SNAP) que atiende a familias trabajadoras de bajos ingresos, lo mismo que para que los receptores de Medicare a domicilio puedan continuar siendo atendidos. En el caso de familias de miembros de las fuerzas armadas, aduanas y protección fronteriza, se cumple con el pago postergado una vez superado el cierre del gobierno, pero las familias vivirán la incomodidad de tener que atender pago de hipotecas con sus ahorros mientras que se supera el cierre del gobierno.
Tormenta: ¿Chuck o Russell?
La vista satelital de la tormenta tropical Erin en su paso por el área de Washington, es una manera visualizar, el impacto de una tormenta política que ocasiona múltiples consecuencias en diversos territorios. Además, porque si bien se prevé que el impacto de la “tormenta política” se distribuya, casi por igual fuera del área de Washington. La concentración del 19.8% del empleo federal en esta área, ocasiona que se sienta 11 veces más fuerte en esta área, de lo que se puede “sentir” en otros estados. En particular en el sur de Maryland y el norte de Virginia.
En cuanto al nombre de la tormenta, obviamente los republicanos y demócratas se están encargando de identificar sus preferencias dentro del área, mientras los republicanos, se han dado maña para resaltar en su discurso que la responsabilidad del cierre la tiene el senador demócrata Chuck Schumer por su decisión de no aprobar la propuesta de resolución continúa limpia que le fuera presentada, en vista que “no quiere mermar su liderazgo, ante la presión que recibe desde la extrema izquierda en su partido”.
Por su parte los senadores demócratas, incluyendo a los medios que le son afines, han recogido la indicación del presidente Trump y focalizan la responsabilidad de las consecuencias del cierre en Russell Vought, director de la OMB, en vista que, de acuerdo con sus funciones, solicito que todas las agencias preparen planes de reducción de personal para hacer frente al cierre del gobierno. Además, que como “demonio poseído” y fiel “true believer” viene reduciendo personal federal, mediante despidos, retiros voluntarios, o simplemente, terminaciones.
También, porque desde la OMB en lo que va del presente año, se ha materializado la reducción de 300 mil puestos en el servicio civil federal a nivel nacional, en particular en el área de Washington Maryland y Virginia (DMV) entre enero y junio de este año, es decir fuera del efecto por el cierre de gobierno, el empleo federal cayó 2.5%, dado la disminución de 17 mil puestos de los 680 mil empleados federales que, según datos regionales[2], vivían en el área.
¿Cuáles son las razones que justifican el desencuentro?
Vayamos a los argumentos que utilizan cada una de las partes. Por un lado, de acuerdo con la página oficial del Speaker Mike Johnson [3], la contra propuesta de resolución continua del senador demócrata Chuck Schumer, significa 1.5 Millones de Millones (Trillones en USA) de gasto político partidario injustificado, que además incluye, 192 mil millones para gastos de salud de inmigrantes ilegales. Con esta propuesta de resolución se quiere revertir todos los cambios aprobados dentro de la “Big Beautiful Bill” de julio de este año.
Por la otra parte, el senador Chuck Schumer indica que, es la negativa republicana para discutir la crisis del sistema de salud, lo que ha obligado a la medida de cierre de gobierno. Según sus propias palabras “desde marzo los demócratas insisten” en tratar el tema, y los republicanos, postergan con excusas. Bueno pues no es posible postergar más porque las familias aseguradas, a través del “Affordable Care Act”, más conocido como Obama Care, han recibido la notificación del incremento de su prima, por efecto del retiro de los subsidios en Julio, a través de la “Big Beautiful Bill”.
Si bien con estos dos argumentos se mantiene cerrado el gobierno, la posición demócrata se debilita con el paso de los días, porque más demócratas se van sumando a la aprobación de la resolución continua limpia que reabre el gobierno. A la fecha se requiere el voto de cuatro senadores adicionales para lograr la mayoría calificada de 60 votos, dado que los republicanos cuentan con 53 miembros que le dan mayoría simple en el senado.
Si bien los puntos mencionados, tienen evidente razonabilidad, son parte de parte de un problema mayor que ha ocasionado que en los últimos 25 años la deuda pública se halla duplicado, llegando a 35 Trillones (millones de millones); mientras que, el crecimiento del producto (GDP) solo ha sido del 50.2%, en el mismo periodo.
La corresponsabilidad de los dos partidos, en que los Estados Unidos tenga una ratio de deuda/producto de 122.5% de su GDP, es indudable, siendo, por tanto, ambos responsables también, de solucionar la limitación anual que significa, que el 11 por ciento de los impuestos recaudados, se destine al pago de intereses.
Adicionalmente todas las encuestas indican que la credibilidad de los contribuyentes en su congreso ha decrecido, dado que cada día, más recursos de los actuales pagadores de impuestos se destinan a beneficiar a otros (acreedores de deuda, beneficiarios de subsidios y otros programas especiales) afectando los servicios que reciben y generando diferencias entre los propios ciudadanos americanos.
Por lo tanto, se requiere hacer frente a un sistema bipartidista de apropiaciones presupuestales [4] quebrado en su credibilidad, porque no ha sido capaz de hacer frente a su primera responsabilidad: control del déficit y de la deuda. Por eso se explica que recientes encuestas muestran que: entre el 40 y el 45% del público, considera que las posiciones de ambos partidos sobre el cierre del gobierno no son válidas; y otro, 32 %, no está seguro.
¿Cuánto más y como impactará la tormenta?
Si bien las posiciones son claras desde ambos lados, luego de la primera semana no se ha producido un empate. Más más bien, la primera semana ha estado marcada por mucho revuelo en los medios, pero indiferencia en el ciudadano, porque solo 25% de encuestados tiene posición clara respecto del cierre, dado que si bien, unos quieren la reapertura del gobierno sin cambios, y los otros quieren, que cambios sean considerados en este momento (porque la definición de subsidios a la salud no podría esperar). Para el ciudadano le es indistinto, porque ha aprendido a hacerle frente a los efectos.
Independientemente de lo deseado por ambas posiciones, se requiere reconstruir los mecanismos de negociación bipartidista para concretar avances en el problema de la deuda. Sin embargo, transcurrida la primera semana, la OMB de Russell Vought tiene que demostrar su experiencia y lo preparada que esta, para hacer frente a una dura negociación, porque cuantos menos problemas se sientan a nivel nacional, más se presionará para que los senadores por Maryland y Virginia se vean obligados a reconsiderar su votación. Porque el senado, que depende del apoyo ciudadano, inició la semana desde todos los programas políticos, defendiéndose como gato panza arriba.
¿Quién tiene la posición más sólida? A mi entender la OMB, porque depende de la aprobación de una sola persona, el presidente Trump, con quien está plenamente alineado, mientras que el senador Schumer lucha por reunir a un rebaño mayor, de una opinión ciudadana que duda del congreso, por su falta de credibilidad en materia presupuestaria.
Termino dos proyecciones: La primera que estimo que el shutdown no supere la línea de los 21 días, en vista que los republicanos pueden concretar los 60 votos necesarios, recuperando la decisión del senador Rand Paul (Kentucky), manteniendo los votos demócratas de la Sen. Catherine Cortez Masto (Nevada), Sen. John Fetterman (Pensilvania), el Sen. Angus King (Maine) e incorporando los votos de estados como Maryland y Virginia. Aunque es posible también hacerlo, incorporando “otros votos sueltos” en su reemplazo, veremos que estrategia decide utilizar el speaker Mike Johnson para romper el statu quo.
La segunda, que a mi entender todo lo que signifique mejora de efectividad será premiada electoralmente, porque el ciudadano americano tiene claro que la prioridad es proteger su dinero, tanto de la ambición de políticos y de un estado mal acostumbrado que le quieren extraer más del 35% de su ingreso (GDP) o porque quieren endeudados por el despilfarro, abuso y fraude.
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