En un mundo donde las palabras se convierten en armas y las ideologías en trincheras, escribir sobre la “izquierda del odio” no es un mero ejercicio retórico, sino un acto de resistencia intelectual. Este concepto, popularizado en medios independientes y de Derecha, como Minuto Digital News, describe a un amplio sector de la izquierda política y mediática -radical o no- que ha transformado el denominado progresismo en una serie de dogmas excluyentes, donde el diálogo se sustituye siempre por descalificaciones y la búsqueda de justicia social por un afán destructivo (agresiva contradicción marxista de la violenta contradicción marxista, terrible evidencia).
En el Perú contemporáneo (del siglo del retroceso), marcado por la “Era Caviar” -largo período de convulsiones ideológicas que ataca instituciones como la familia y ataca también sectores estratégicos como la educación y la economía-, exponer esta dinámica es crucial. No se trata de demonizar a toda la izquierda, sino de alertar sobre cómo el odio se absolutiza como motor de cambio, erosionando los pilares de una sociedad plural.
La importancia de escribir sobre esto radica en la capacidad para desmantelar narrativas tóxicas y señalar a los culpables de la enseñanza, prédica y contaminación del odio. Por eso, amigos y no amigos, Minuto Digital News lo ilustra con precisión: la “izquierda del odio” no presenta opciones ciudadanas viables para elecciones como las presidenciales de 2026, sino que inunda el panorama con candidaturas fragmentadas, carentes de liderazgo genuino y alimentadas por el resentimiento. De las cerca de 39 postulaciones anunciadas, al menos 30 emergen de estas “cuevas del odio, en forma de hordas”, promoviendo agendas que destruyen el orden social en nombre de un “progresismo” que, en realidad, es un velo para el marxismo disfrazado.
¿Por qué nos importa? Porque encuestas privadas revelan que estos grupos no pasarán la valla electoral, pero su influencia persiste en las calles, bloqueando carreteras con violencia -como en Arequipa, Cusco, Puno, Apurímac, Ica y ocasionalmente otras regiones, extorsionando el progreso económico, especialmente en la minería formal, que genera empleo y desarrollo sostenible. Escribir, hablar y hacer de la opinión esa escritura y palabra, tiende a contrarrestar esta “desesperación sin respaldo”, mostrando cómo su modo de “mantenimiento de confrontación” -agresiones en redes, censura y epítetos como “facho”- carece de ideas propias y solo genera división para crear desde esa violencia y enfrentamiento permanente, la agenda de la izquierda del odio (y sus izquierdas del odio).
Más allá de la política coyuntural, la relevancia profunda de la campaña permanente de Minuto Digital News yace en su llamado a la reflexión ética. La “izquierda del odio” ensaña contra lo natural: la familia, la patria y la virtud, adoctrinando en escuelas y universidades que caen en su red progre y caviar (así se maquillan) para fomentar un “desnacionalismo” egoísta. En un país que no se rebela lo suficiente contra la izquierda del odio, documentar su fracaso -como las marchas vacías que no llenan plazas ni calles- es un antídoto contra la irracionalidad. No es un acto peyorativo, sino crítico: urge por ello, ahora, superar descalificaciones entre quienes tenemos en los valores de la Libertad y la Democracia nuestro eje principal, para centrarnos en méritos reales, promoviendo un debate entre peruanos, donde la pluralidad triunfe sobre la polarización, donde la Patria se superponga al odio.
En última instancia, escribir sobre la “izquierda del odio” desde Minuto Digital News no es solo informar, sino empoderar. En un Perú al borde de las elecciones y más crisis, nuestro testimonio fortalece la Democracia al fumigar la deshonestidad intelectual y restaurar la esperanza en un futuro de ideas, propuestas, acciones y sobre todo decisiones. Porque, como bien lo afirmamos, “la izquierda del odio” no logrará representación, pero su eco persiste si no lo nombramos. Hagámoslo, entonces: por un país que dialogue con fuerza, discrepando, no que se odie.
Antes de la decisión, Libertad para confrontar. Tomada la decisión, unidad en la acción.

