Las organizaciones políticas fundadas con doctrina y principios, ¿han desaparecido en el Perú? ¿Lo que vemos y escuchamos, son remedos de lo que fueron en la historia los “partidos encabezados por verdaderos líderes” (en plural) “dirigidos por el más ilustre de varios”, donde la palabra tenía valor y el dirigente representaba lealtad, transparencia, honor y dominio popular? Pues parece que sí, y eso es lo terrible y paradójico.
Ahora, solo estamos inundados de sombras sucias y mucha izquierda esparcida, colectivos de lo que ambicionan sus dueños, pasacalles de máscaras de hipocresía y carencia de identidad, valores, principios e ideas. Son cuevas de los modernos ladrones de Alí Babá que, reproducidos como esporas y protozoarios, se esparcen chaveta en lengua para destruir a sus compañeros y a lo que podría ser una institución, convirtiéndose en una manada de crueles lobos esteparios sumidos en vicios y degradaciones de todo tipo, porque no les interesa la democracia -al contrario, la quieren domesticar como su esclava ideológica-, no les interesa el país, ni el concepto de Familia y por eso, van dinamitando con perversidad el Estado de Derecho, suplantando lo correcto, por lo inmoral; el buen desempeño, por la corrupción; y la justicia con la Ley, por la corrupción y una “nueva” constitución.
Esa negativa y destructiva historia de los tiempos actuales, la encabezan las izquierdas del odio y también están de la mano, los mercantilistas de la succión pública. Y se mezclan y se unen estas dos posiciones de crimen, para destruir lo que sostiene, derrumbar lo que protege y aniquilar lo que edifica.
Esa es la realidad y parece que ya nos hemos acostumbrado a vivir sometidos por voluntad propia en el reino de la estupidez, porque la aceptamos con la indiferencia diaria hecha costumbre y con el voltear la mirada hacia otros asuntos, reemplazando nuestros cómodos y cortos momentos, en vez de enfrentar la incomodidad de la lucha diaria y constante por la Libertad y la Democracia.
Con cerca de 35 agrupaciones que pueden colocar planchas presidenciales y listas a la Cámara de Senadores y de Diputados, así queden al final 25 en carrera y a la meta solamente arriben entre ocho y doce, el futuro no es una esperanza, sino la extensión de las crisis que han suplantado el crecimiento, el progreso y el desarrollo, por varias muecas de vida, caricaturas de felicidad, mentiras y oprobio. Pero si lo dices, te disparan los negacionistas de la frustrada “academia” y los medios activistas de comunicación caviar, porque en ellos está el falsificar la verdad y autentificar la mentira como “nuevo verbo y prédica” (y así se meten en la educación pública y privada).
Cuando se dice que nada nos puede detener, es que ya estamos detenidos ¿no se dan cuenta? La indiferencia no puede ser nuestra venganza frente a la estupidez, porque termina siendo eso mismo: estupidez. Y la estupidez no significa tolerancia.
Es necesario darle duro a cada organización criminal sumergida “en la política actual”. Tenemos que rehabilitar desde el ciudadano la política de antes, con una ciudadanía (y no barra brava) que no dé tiempo ni descanso a las izquierdas del odio, ni a sus socios de las ONG y los medios activistas de alquiler.

