En Minuto Digital News, “la izquierda del odio” se define como un sector de la izquierda (caviar, progres, radical, extremista o ultraizquierdista) que promueve discursos y prácticas de intolerancia, polarización, descalificación permanente y confrontación ideológica en lugar de diálogo racional.
No es peyorativa esa calificación -en nuestro análisis y convicción por las innumerables evidencias halladas-, sino descriptivo de la realidad: la izquierda del odio nace de raíces ideológicas violentas como la lucha de clases, el marxismo-leninismo agresivo y el extremismo fundamentalista del maoísmo, pero se disfraza en estos tiempos de hipocresía política, como “progresismo” moderno. Es decir, “ya no son marxistas, ni comunistas, ni socialistas” pero por estrategia temporal y electoral, para engañar a los ciudadanos y cuando van accediendo a niveles de poder y gobierno, esparcen el pensamiento guía de la violencia y el odio, que los lleva desde las granjas de las redes, hasta las barracas de grupos alzados en armas.
Ricardo Escudero lo describe como una izquierda “perniciosa, llena de resentimiento hacia el éxito y liderazgos positivos”, que se reproduce por “maldad implícita” y utiliza la legalidad de forma hipócrita para avanzar. Se la califica como “veneno socialista”, “virus progresista” y “enfermedad caviar” que quiere reconvertir a los niños y a los jóvenes en “soldados automatizados de la revolución del odio” y la transformación de valores, principios y virtudes, para establecer la permanente descomposición familiar y humana, el irrespeto, la desnaturalización de las instituciones y el desprestigio a la verdad.
En síntesis: absolutiza el odio como motor político, buscando destruir el orden social, familiar, natural y legal para imponer una “nueva sociedad” (que termina en dictadura comunista).
- “La izquierda del odio es perniciosa porque está llena de resentimiento hacia el éxito ajeno, hacia los liderazgos positivos y hacia todo lo que represente orden y progreso”
- “El odio es el combustible de la izquierda radical; sin él, no tendrían razón de existir. Se disfraza de justicia social, pero en el fondo es puro resentimiento clasista y envidia destructiva”
- “Esa izquierda no debate sobre ideas: descalifica y odia a las personas. Convierte al discrepante en enemigo absoluto, en ‘fascista’ o ‘ultraderecha’, aunque sea un moderado crítico”
- “La izquierda del odio es un virus progresista que se reproduce por maldad implícita, no por convicción racional”
Características principales
Intolerancia y polarización → Sustituye el argumento por la descalificación: convierte al adversario en “enemigo absoluto” (facho, nazi, ultraderecha) aunque no lo sea. Erosiona el debate democrático y genera autoritarismo encubierto.
Hipocresía → Predica tolerancia, diversidad e inclusión, pero es intolerante con feministas críticas, ecologistas moderados, exiliados cubanos/venezolanos o ateos críticos del islam político.
Violencia como refugio → Cuando pierde en las urnas, justifica la violencia (“la calle es nuestra”, “hacerles la vida imposible”). Ejemplos: bombas molotov contra Policías, agresiones a candidatos, paros armados al estilo Sendero Luminoso o coludidos con sus militantes en la sombra (el Militarizado Partido Comunista y la facción Renacer del Sur).
Censura y control del discurso → Promueve leyes “antiodio” aplicadas selectivamente contra conservadores o creyentes del Cristianismo (católicos), mientras tolera insultos, ataques y violencia propios. Promueve intentos de cancelación, cierre de cuentas en redes sociales, presión a medios. Son la dictadura de la nueva “moral” de la “nueva” sociedad.
Ataque a valores tradicionales → Se ensaña contra las familias, la patria, la Navidad (vista como “discriminación y menosprecio” hacia ellos, los negacionistas de la Fe); por eso quieren sustituir la educación que rescata y defiende nobles tradiciones, para incorporar la que siembra odio y división, perversión y degradación. Busca “desnacionalismo” y antipatriotismo en escuelas y universidades.
Elitismo progre y caviar → Se les identifica como progres y “caviares”: intelectuales de poca trascendencia, pero permanente presencia mediática, periodistas militantes y activistas de escritorio que dicen defender al pueblo, pero viven usándolo para mantener sus privilegios de clase dirigente.
Críticas específicas en el contexto peruano
Falta de liderazgo y apoyo popular → No tienen líderes auténticos ni agenda propia. En las elecciones 2026, no pasarían la valla electoral ni tendrían representación parlamentaria.
Infiltración y corrupción → Postulan en “vientres de alquiler” y partidos fantasmas. Infiltran listas con agentes y activistas de la minería ilegal, pesca negra, narcotráfico, trata de personas y contrabando. Responsables de 70,000 muertes por terrorismo (Sendero, MRTA) y 200,000 por pandemia (Vizcarra y aliados).
Era Caviar → Periodo actual de “oscuridad” donde la irracionalidad domina la academia, medios y Estado. Proliferación de partidos (43 inscritos, mayoría cáscaras) gracias a reformas de Vizcarra.
Indiferencia ciudadana → Los peruanos actúan como “prisioneros aceptantes y vigilantes silenciosos”.
Conclusión recurrente: esta izquierda es la principal amenaza a la democracia, la justicia y la libertad. Carece de ideas viables, pero siembra demagogia y populismo como si fueran propuestas sostenibles, confundiendo a la gente; sobrevive por cobardía del centro y la derecha, pero genera un rechazo popular creciente. Frente a ello, tenemos la oportunidad histórica de “enterrar” a la izquierda del odio el 2026 y “fumigar” el Estado desbordante que hace retroceder al país.
Hipocresía y doble rasero
“Predican tolerancia e inclusión, pero son los más intolerantes: cancelan a feministas críticas del género, a exiliados cubanos que denuncian el castrismo, a ateos que critican el islam político”
“Quieren leyes contra el ‘discurso de odio’, pero solo para aplicárselas a los conservadores. Ellos pueden insultar, amenazar y descalificar sin consecuencia”
“Los caviares defienden hipócritamente al pueblo con pura demagogia desde sus casas en distritos exclusivos, mandan a sus hijos a colegios privados y reciben financiamiento de ONG extranjeras”
“Son herederos ideológicos de Sendero Luminoso y el MRTA: justifican la violencia revolucionaria -asesina- cuando no logran el poder por votos”

