@ugluis en @ExpresoPeru
Pues bien, ya tenemos el peor Congreso de nuestra historia republicana. Si la pretensión de algunos bien intencionados y de una sarta de pícaros vizcarristas fue renovar a un Legislativo desprestigiado a la mala, el resultado es que se han cambiado mocos por babas.
Las nuevas mayorías relativas otorgan el predominio a las izquierdas de todo pelaje, desde un Frepap de oscuros antecedentes hasta la banda antaurista, pasando por un partido morado encabezado por un cobarde aliado a extremistas sediciosos, dispuestos a la resurrección -o la amnistía- del terrorismo.
De los demócratas apenas ha pasado el cernidor un puñado de representantes, mientras que los más votados han sido un payaso acusado de asesinato de un periodista y violación de una campesina; y un obsesionado con su tema homosexual. Acción Popular, con sus pugnas internas y su dirigencia aliada con los rojos no necesariamente fortalecerá las posiciones democráticas.
Dan risa los intelectualoides de la Católica y los bares de Quilca que predican la llegada del pueblo al poder; repugnan los mermeleros favoritos de la dictadura, periodistas y pseudo constitucionalistas, que admonizan sobre la profundización de las reformas políticas.
La verdad es que padecemos las consecuencias de un voto doble: de desinterés en las cosas del Estado (los millenials); y de protesta contra un sistema destrozado por ONG globalistas como IDL y Transparencia, la mafia gubernamental asociada con el Grupo de Puebla, Odebrecht y el club de la construcción y la propaganda de un cartel mediático aliado con la corrupción vía el subsidio estatal.
Del otro lado se han cometido graves errores: el fujimorismo actuó sin estrategia, no utilizó su poder (73 escaños sobre 130) y no pudo movilizar a sus masas (más de 2 millones de votantes) para frenar la persecución a sus líderes. Solidaridad, reaccionó demasiado tarde, demostrando que las mejores ideas no calan de la noche a la mañana ni con todo el oro del mundo. El Apra sin Alan está en caos. Y los grandes culpables son los empresarios de la actual Confiep que prefirieron arrodillarse vergonzantemente en CADE avalando la dictadura.
Queda apenas año y medio para afrontar un desgraciado bicentenario. El reto es entender que toca darle forma a la unidad de un Frente Republicano de derecha popular capaz de enfrentarse al populismo que ya predica una nueva constitución neomarxista.
Levantarse y pelear es la alternativa noble, seguir quejándose es refugio de cobardes e incapaces.