Cada vez que se produce un cambio en la dirección de un ministerio – y en lo que va de este gobierno se trata de treinta y cinco cambios inusuales por escándalos de corrupción y otros temas parecidos-, las expresiones de buenos deseos se multiplican al principio en todos lados pero también, comienzan las alertas como fruto de observaciones que pretenden asegurar mejores resultados, o aquellas que sólo quieren trabar la nueva gestión. ¿Esos son los escenarios o existen más posibilidades?
Seamos positivos y pensemos que a los buenos deseos se unen las alertas, en el mejor sentido de la palabra y los hechos.
- El Perú es un paciente que ha ingresado a la Unidad de Cuidados Intermedios por descompensación, infección intrahospitalaria, cambios bruscos en la temperatura, ausencia de movimientos y pérdida progresiva de sensibilidad. El cuerpo “parece” sano, pero adentro, algo se pudre y con rapidez.
- El desenlace sólo tiene dos opciones. Empeora y pasa a Cuidados Intensivos con pronóstico reservado, o mejora y pasa a Recuperación.
- No se puede quedar más tiempo donde está, porque el cuerpo se deteriora, la acumulación de medicamentos ocasiona efectos secundarios que lo afectan en mayor importancia y sobre todo, el paciente –en este caso el país- se encuentra paralizado, estático y requiere además de monitoreo constante, prevención ante infecciones y descompensación.
- La medicina se basa en evidencias. La política tiene que fundamentarse, comprobarse y verificarse, también con evidencias.
- Un paciente en Unidad de Cuidados Intermedios es monitoreado permanentemente y no de vez en cuando. Lo supervisa un equipo de especialistas en medicina, enfermería y atención integral –nutrición y servicio social por ejemplo- y entre todos ellos comparten la información y conocen la estrategia que se sigue para salvar la vida de un paciente y lograr su recuperación. Nadie trabaja aislado de sus colegas.
- El gobierno ha cambiado de especialistas, de enfermeras, de médicos y hasta de nutricionistas, porque el paciente, el país seguía igual de enronchado, flaco, mirada perdida, sin hablar… no digamos que peor, aunque los indicadores lo sustenten, ha sustituido a los responsables por otros igual de ineficientes, por no dar la medicina correcta, ni el tratamiento adecuado, se supone por otros que son mejores, sino no tendría sentido el cambio… pero el paciente sigue inestable camino a la agonía.
- Al parecer también, algunos gérmenes, bacterias muy resistentes a los antibióticos, se han puesto más rebeldes y son complicadas de erradicar o inhibir su crecimiento, por eso el paciente enfrenta la necesidad de estrategias de combinación, protocolos que cubran un mayor espectro de protección. La bacteria de la corrupción ha mutada constantemente y ahora está también la bacteria de la impunidad, es una infección doblemente resistente.
Ese es el gran escenario. Entonces, en este caso no se trata de tener un grupo de gentes con buenas intenciones, que van a ir conociendo poco a poco la realidad de su sector. paseando en verano por la playa, cobrando decenas de miles de soles cada mes, mientras se adaptan y la gente muere.
O se gobierna, o se reemplaza para dar resultados inmediatos.