Los ataques se produjeron durante el fin de semana, días después de que el Concejo Municipal de Rosario aprobó una norma para que se retiren figuras religiosas de edificios e instituciones públicas.
El sagrario de la parroquia San José Obrero, de Barrio Alberdi, fue profanado por desconocidos que violentaron su puerta, robaron el copón y tiraron las hostias consagradas por el suelo.
El ataque fue perpetrado la noche del sábado 10 de noviembre y denunciado por el párroco del templo, presbítero Fabián Monte.
En tanto, la parroquia Nuestra Señora de la Merced, cuyo párroco es el presbítero Walter Kuhry, apareció con pintadas ofensivas tanto en su puerta principal como en paredes laterales.
“Rebaño no mantenga pedófilos ni este engaño”, escribieron los atacantes con pintura en aerosol negra.
Tras el ataque al templo, el presbítero Kuhry escribió una reflexión en Facebook: “Un grito así, en la pared, siempre es un grito. Un grito que se escribe con dolores, que se escribe con el puño, con color de desencanto”
“Pero esa pared no golpea porque es la casa de todos. De los heridos y de los enojados, de los violentos y de los violentados, de los que tienen la palabra y de los silenciados, de los que pueden y de los ninguneados, de los felices y de los agobiados, de los creyentes y de los defraudados, de los recibidos y de los olvidados, de los puros y de los que pecamos”
“Detrás de esa pared…Ella, la de los ojos inundados de amor, por los que escriben, por los que gritan, por los que lloran, por los que callan, por los que piden, por los que aman…Todos hijos…no hay mejor reparación que amarnos”.
Las autoridades eclesiásticas denunciaron también otro ataque con pintadas en la parroquia San Pedro Apóstol de Granadero Baigorria.+