Un asesino tiene “derecho” a ser indultado por una autoridad estatal,
pero un niño por nacer, no puede ser defendido por esa misma autoridad, para poder vivir,
sabiendo esa autoridad que va a ser asesinado el niño, antes de nacer.
Roma (Gaudium Press) En una noticia poco conocida –como lo fue la reciente ampliación del aborto en Francia por ‘angustia psicológica’ hasta la 9na. semana de gestación–, sabemos ahora que el ministerio de salud italiano ha establecido unas nuevas directivas que permiten abortos farmacológicos DIY hasta la 9na. Semana sin hospitalización. En todos los lugares los abortistas no descansan, quieren más muertes y más odio.
“Es un paso importante en total conformidad con la [ley] 194, que es y sigue siendo una ley de civilización” publicó en su cuenta twitter el ministro de salud Roberto Speranza, sin explicar por qué es civilizado el procedimiento que se ha autorizado.
La Ley 194 aprobada en 1978 permite el asesinato (aborto) voluntario hacia un niño por nacer, por razones de salud, económicas, sociales o familiares en los primeros 90 días de embarazo. Después de 90 días, solo se permite el mal llamado ‘aborto terapéutico’.
El asesinato de un niño por nacer, de tipo farmacológico, introducido en 2009, era legal solo en las primeras siete semanas de amenorrea (ausencia de período menstrual en una mujer en edad reproductiva). Además las mujeres en las que se practicaba un aborto del tipo de la píldora RU 486 eran obligadas a quedar hospitalizadas por tres días.
“Con las nuevas directrices, las mujeres quedan solas en una situación que también presenta graves riesgos para la salud”, expresó Vito Comencini, parlamentario del partido Liga. “Están tratando de transmitir el mensaje de que el aborto es trivial. Pero no es el caso. Está en juego la vida de muchos seres humanos”, advirtió Comencini.
Procedimiento no seguro
Aunque el ministro de salud haya dicho que el procedimiento era “seguro”, médicos pro-vida aseguran que “no es así porque el uso de estos medicamentos siempre conlleva riesgos para la salud de quienes los toman”.
El prof. Gulisano, médico pro vida, también apuntó al hecho de que las directrices para estos procedimientos fueron modificadas “en un momento en que el gobierno aún aplica un alto grado de presión psicológica a los ciudadanos italianos, continuando alimentando el miedo al coronavirus”.
Por su parte Assuntina Morresi, profesora asociada de química física y miembro del Comité Nacional de Bioética afirmó que “el aborto farmacológico es intrínsecamente incierto, así como más doloroso y peligroso que el aborto quirúrgico. Desde el momento en que la mujer toma la primera de las dos píldoras provistas, la RU486 real, no sabe si, cuándo y bajo qué condiciones tendrá un aborto. Es decir, no sabe si, cuándo y cómo comenzará el sangrado que marca el fin de la gravidez, y no puede saber de antemano cuáles serán los efectos colaterales”.
“La hospitalización de tres días era, por tanto, la forma de proteger a las mujeres de los problemas adicionales de esta forma de aborto, que, recordamos, tiene una mortalidad más alta que la del aborto quirúrgico”, escribió la profesora en Avvenire.
El ensañamiento de los abortistas con los niños por nacer en Italia, es aún más incomprensible si consideramos la bajísima tasa de natalidad en el país, calculada en 1,34 que está por debajo de nivel de reemplazo poblacional.
Con información de Church Militant