El mundo se encuentra en un momento crucial. Se habla de cambios y de desafíos, de un nuevo orden mundial, con proyectos diferentes donde no existan grandes diferencias entre unos y otros.
La verdad es que no se sabe cómo será porque las variables son múltiples, más que adivinar o hacer cábalas nos toca rezar para situarnos bien y tener las mejores disposiciones para lo que haga falta, siempre apuntando al camino correcto para lograr el bien de todos.
Los mayores de 65 años
En los protocolos, que van saliendo, para después de la cuarentena, hay uno que sigue confinando a las personas que tienen más de 65 años que son los que tienen más riesgo de ser contagiados. Es una medida general que puede estar sujeta a variaciones puesto que hay personas mayores que están más fuertes y sanas que otras que son menores. De todos modos es bueno atender al criterio de prudencia para que este sector vaya pensando, si no lo ha hecho todavía, en la futura y tal vez próxima jubilación.
La palabra jubilación resulta todavía muy general, ambigua y para algunos es preocupante. Dejar de trabajar es algo que va a ocurrir necesariamente algún día y se requiere estar preparado y dispuesto.
Lo que importa verdaderamente es la disposición y el buen ánimo de las personas para dejar los trabajos, retirarse a tiempo y poder ocuparse de otras actividades que exigen menos esfuerzo.
La voluntad de jubilarse a gusto
La jubilación, que lleva consigue el dejar de trabajar, forma parte de la vida. No es un fracaso ni algo que hay que hay que aceptar con miedo. La buena disposición para renunciar a tiempo hace grande a la persona. Es salir, como se suele decir, por la puerta grande.
Un buen trabajador debe ir pensando, con el tiempo, en el día de su jubilación y, si está en sus manos, tener listas a las personas que lo van a remplazar. En otros casos los reemplazos los decidirán otros; pero nunca debe faltar la hidalguía de dejar el trabajo para los que vienen después, facilitando además que los que continúan puedan tomar las decisiones para lo que crean conveniente.
Rebeldías de la tercera edad
La falta de preparación en este campo puede ocasionar varios problemas y una posible crisis o depresión con una suerte de rebeldía: la terquedad de no querer abandonar el trabajo.
En el ámbito laboral lo puede exigir un reglamento o la decisión de los Jefes, (piénsese por ejemplo en las fuerzas armadas o policiales). Además la jubilación podría venir por sorpresa o adelantada, como ha ocurrido en muchos casos; y si no hay una adecuada preparación es fácil caer en una situación muy incómoda, que podría llevar a una triste depresión.
Los trabajadores informales corren el riesgo de volverse problemáticos cuando se empeñan en seguir en sus puestos o actividades de siempre, a costa de su propia salud por sus limitaciones físicas. Quizá no se dan cuenta de los graves problemas que pueden generar, también para sus familias y los demás trabajadores. Es conveniente conversar con ellos, un tiempo antes, y prepararlos para cuando tengan que dejar el trabajo.
Saber apartarse a tiempo
Toda persona debe saber que tiene limitaciones y que éstas crecen conforme pasan los años. La vejez trae achaques y uno de ellos es el autoengreimiento, que no es más que la vanidad de pensar que todavía se tiene capacidad para continuar trabajando y encapricharse para quedarse más tiempo.
Es verdad que muchas personas mayores y de avanzada edad pueden tener una cabeza muy lúcida y ser capaces de seguir en sus trabajos y proyectos muchos años más. Sin embargo es más inteligente si esas personas, aunque tengan esas cualidades, saben dejar sus puestos para que los más jóvenes los sustituyan. Esta excelente disposición, que es propia de la humildad, exige de una preparación anticipada. Cada uno debe proyectarse y tener un plan B, de lo que podría hacer cuando le toque jubilarse.
Lo más recomendable es salir del trabajo donde estuvo, incluso irse a otra ciudad, si es posible, para evitar intervenciones que ya no tendría sentido hacerlas, que podrían crear un fastidio a las personas que le sustituyen. Hay excepciones desde luego, pero la experiencia de la mayoría aconseja un prudente distanciamiento y una confianza total en los que continúan.
La reflexión de los adultos mayores en estos días de cuarentena
Esta etapa de confinamiento es ideal para que los adultos mayores piensen bien y tal vez sea el momento, dada las circunstancias, para iniciar voluntariamente los primeros pasos de su renuncia y retirarse a tiempo sin causar problemas, para abrir camino a los más jóvenes, que suelen llegar con bastante ilusión para continuar o cambiar el legado que se les deja.