Conversaba con José Matos Mar, autor de “Desborde popular y crisis del estado” hace muchos años mientras caminábamos por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos -mi y su Alma Mater- y al detenernos un rato cerca de la sombra de los árboles que dan al pabellón de Letras me dijo: “No puedo decirle que no es correcto, pero puede ser cierto en un futuro”, al leer una parte de mi ensayo “Desborde del Estado y crisis popular”.
Y es que resulta cierto hoy, más que en el pasado, que lo que no funciona, simplemente no puede entrar en crisis y eso que no funciona, que se desborda e invade lo que no le compete, es el Estado en el Perú.
Y de otro lado, no puede desbordarse e inundar el pueblo -¿Desbordarse en que?- cuando lo real y evidente es que se encuentra en un círculo de crisis permanente, dividido, enfrentado, resentido de abajo hacia arriba y de arriba y hacia abajo en un mar de culpas que nadie asume.
El Perú -por eso amigos y no amigos-, es una caja de manipulación increíble, sobre todo si el dinero le inyecta estímulos a los titiriteros.
País sin rumbo, sin líderes… crisis popular.