“No les interesa, señor. Es eso, no les interesa la gente, ni los niños, ni los ancianos, ni los pueblos que se están quedando sin comida, sin trabajo, sin futuro. Los que estamos desesperados somos los de provincias y si eso sucediera en Lima, tal vez abrirían los ojos los del gobierno, pero no les interesa”
Estas palabras son el resumen de muchas voces, expresadas por una madre de familia hace pocos días. Es su indignación, respetuosa protesta que representa un dolor que se apaga en la mirada sin esperanzas.
“No les interesa señor. Es eso, nos mienten, no nos dicen la verdad, no nos informan para estar preparados y cuidar a nuestras familias. El gobierno anuncia bonos que no recibimos los más pobres,dicen que van a dar ayudas que nunca llegan, nos hacen promesas… nos mienten, no escuchamos una voz que diga la verdad, no tenemos para comer, para sobrevivir señor”
Estas palabras –ahora ya están en Lima, pero no sólo en la periferia- son el resumen de miles de voces de padres de familia, trabajadores desempleados y jóvenes que no saben qué hacer para apoyar a sus hogares, en una ciudad que representa casi un tercio de la población del país.
Un gobierno insensible, que no dice la verdad, que no ordena las cosas, eso es lo que tenemos en el Perú lamentablemente hoy. Pero se creen –los del gobierno- unas maravillas cuando se presentan con camisas blancas, casacas, chalecos, gorras y maletines que tiene el logotipo irreal de “El Perú primero”.
El Perú no está primero para el gobierno. El Perú vive momentos angustiantes y sólo vemos, leemos o escuchamos en muchos medios de comunicación adulaciones a cambio de algún estímulo, no podemos imaginar otra cosa por ahora.
La realidad es que tenemos un gobierno insensible, sin impacto ni emoción. Un gobierno insensible que no usa las redes sociales para educar con ejemplo. Un gobierno insensible que prefiere ver negocios por encima de necesidades. Gobierno insensible, gobierno insensible…
El hambre se apodera de las calles, la falta de trabajo se vuelve desesperación, el Perú retrocede más y la protesta puede resultar imparable. No lleguemos a esos niveles, gobierno insensible.
Fotografías: DW y AP