Aya Mcheimeche, ensayista, licenciada en ciencias políticas y administrativas, diploma de Defensa, Seguridad y Gestión de Crisis de IRIS. Ella responde con motivo de la publicación de su libro “Armas 2.0: El poder de las palabras – ¿Cómo ganó ISIS la guerra de la comunicación?”
¿Ha ganado Daesh la guerra de las comunicaciones?
La comunicación de ISIS ha sido más convincente que la contra propaganda organizada por los llamados estados “occidentales”. El peso de la comunicación ha sido mal valorado por las autoridades francesas y americanas o por cualquier otro país que forme parte de la coalición internacional. La comunicación nunca se ha visto como un arma importante, ya que las cuestiones territoriales y militares son mucho más importantes a la luz del rápido avance de Daesh. Sin embargo, la comunicación de ISIS a través de las redes sociales, revistas o videos ha sido de gran importancia en esta progresión. Durante varios años fue el principal medio de persuadir y reclutar combatientes extranjeros. ISIS operaba como una empresa que desarrollaba comunicaciones de reclutamiento “ideologizadas”. ISIS ha podido invadir las redes sociales de una forma muy rápida y eficiente, adaptada a cada audiencia. Los videos, toscos y violentos en su contenido, fueron hechos para atraer a potenciales combatientes, ya sea que realicen el viaje a Siria o permanezcan en el territorio de su país de origen. El objetivo es siempre el mismo: convencer de cometer “hijra” o ataques en el acto. Las revistas, en cambio, tocaron más a los “intelectuales”. El objetivo de Daesh a través de estas publicaciones era contratar abogados, administradores, jueces, médicos y cualquier otra profesión que permita la administración de un país.
ISIS ganó la guerra de las comunicaciones con velocidad y adaptación, sin duda, pero sobre todo porque el resto del mundo no se tomó esta amenaza en serio y a tiempo. La adaptación tardía ha hecho obsoleta la contra propaganda.
¿La pérdida de su base territorial será un cambio de juego para su comunicación?
Los centros de publicación de ISIS se establecieron en Raqqa (Siria). Desde noviembre de 2018 y el inicio de las recuperaciones territoriales por parte de la coalición internacional y otros grupos, sumado a las derrotas militares de Daesh, la publicación de revistas se ha detenido. La pérdida de su base terrestre no es insignificante e innegablemente ha debilitado la comunicación. Daesh ya está menos presente en las redes sociales y la tasa de publicación de videos de Siria e Irak ha disminuido significativamente. Sin embargo, no se debe confiar en esta idea porque los videos de Afganistán, Filipinas e incluso Libia se han hecho cargo. Además, no somos inmunes a una devolución de publicaciones de Dabiq o Dar al-Islam porque incluso si el centro de medios ya no existe en Raqqa, parece estar establecido en Afganistán como un gran número de combatientes. y líderes. Afganistán se está convirtiendo gradualmente en el nuevo hogar del grupo terrorista Daesh, y este último podría reconstruir su centro de medios en este nuevo territorio. Sin embargo, dada la historia y la situación política en Afganistán, es poco probable que veamos alguna intervención extranjera para evitar que ISIS se establezca allí.
¿Qué respuestas podemos dar?
Desafortunadamente, no existe una fórmula mágica. Lo mejor que podemos hacer por el momento es analizar la comunicación del Estado Islámico, reconsiderar nuestros errores pasados en términos de contra propaganda y, finalmente, pensar aguas arriba en mejores soluciones cuando lo enfrentemos. a la comunicación del próximo grupo terrorista, porque el próximo grupo terrorista habrá.
La contra propaganda implementada hasta ahora en Francia ha sido beneficiosa para las familias. La comitiva informó al estado francés, un cambio en el comportamiento de un familiar, por ejemplo. Pero esta contra propaganda no tuvo ningún efecto sobre los primeros afectados. Mientras estos jóvenes estuvieran convencidos, el número de emergencia resultó ineficaz. No se trataba de alcohólicos o drogadictos.
Otro problema más importante es la comunicación exitosa del Estado Islámico: la exclusión de ciertas personas de las llamadas sociedades “occidentales” como la sociedad francesa, por ejemplo. Los combatientes extranjeros que se unieron a Daesh no están locos ni son menos inteligentes que los demás. Encontraron una razón para vivir y una sociedad que solo los quería en otra parte. Daesh les ofreció un proyecto de vida.
Algunos especialistas en comunicación avanzan en varias técnicas que ayudan a ralentizar el flujo de comunicación de los grupos terroristas, como el uso de “noticias falsas”. La idea sería ahogar la comunicación de estos grupos en un mar de información falsa o verdadera para que sus informaciones y afirmaciones dejen de ser singulares.
Otra técnica sería considerar a los grupos terroristas como negocios reales. La mejor forma de quebrar una empresa es destruir su reputación. ISIS puede “dejar de usar papel”, convertirse en Airbnb o Uber, una empresa sin base, mantener una dimensión digital y dispersarse. En ese momento, ejercer presión sobre las principales plataformas como Facebook y Twitter podría bloquear el contenido difundido por estos grupos. Estas plataformas se convertirían en “francotiradores” del contenido de ISIS.
Finalmente, el último punto importante es el del emisor. Cualquier iniciativa tomada por una institución estatal suele estar condenada al fracaso porque ya se considera “impía”. Lo ideal sería tomar medidas civiles que parecerían ser una voluntad popular. La idea principal sigue siendo destruir la reputación de estos grupos, sus discursos y sus modelos de civilización.
Por primera vez, un libro estudia la producción mediática de estos camaleones de la comunicación que son los líderes del Estado Islámico. A partir de las fuentes irrefutables de sus videos y revistas, el autor analiza las modalidades y efectividad de la propaganda que explica el poder seductor de Daesh sobre los jóvenes aspirantes yihadistas. Muestra cómo ISIS ha adaptado la retórica clásica a los medios de la nueva generación 2.0, convirtiéndose en una entidad inconcebible que combina la propaganda masiva y el enfoque individual.
Así como el Estado Islámico ha ganado la delantera sobre Al Qaeda, probablemente veremos pronto el nacimiento de una nueva entidad terrorista más poderosa, más capaz de cosechar el trabajo realizado en las fases iniciales. Esta es la predicción contenida en este libro.
Sea cual sea el escenario al que nos dirigimos, ha llegado el momento de adaptarse a su comunicación, que se ha convertido en un arma masiva de reclutamiento y convicción, y de tener en cuenta la ambición de debilitar su origen.
Escrito por un arabista franco-libanés, este libro proporciona las claves para analizar en profundidad la comunicación del Estado Islámico con el fin de prepararse para las batallas que se avecinan, detrás de una pantalla…
Nota de redacción: Traducción de nuestro equipo en #MinutoDigitalPerú, entrevista realizada a Aya Mcheimeche por Pascal Boniface, IRIS Sup’, Institut de relations internationales et stratégiques, Francia.