¿Quién no ha oído en su vida el sonido de las campanas de un Templo? En tiempos pasados era todo un lenguaje para anunciar distintos acontecimientos. A mi me impresionó de niño el repique lento de las campanas más grandes de la catedral de Lima anunciando la muerte del cardenal Guevara, un sonido distinto al que oíamos habitualmente cuando se tocaban para llamar a la Santa Misa. Cuando falleció San Juan Pablo II se oyeron en el Vaticano y en toda Roma las campanas que anunciaban su deceso.
Suenan las campanas que llaman para ir a Misa
Mi casa estaba en el centro de Lima a una cuadra de la Iglesia de la Recoleta, todos los domingos escuchábamos las campanas que nos llamaban para la celebración de la Santa Misa. La primera campanada nos ponía en alerta y nos preparábamos, después de la segunda ya había que salir para llegar puntual.
En todas las ciudades y pueblos del mundo donde había un templo católico, la gente era convocada por el sonido de las campanas para asistir a la Santa Misa.
Al Templo vamos para asistir a la Santa Misa
El acto central y más importante del templo es la celebración de la Santa Misa. Los templos han sido construidos con esa finalidad. El altar y el Sagrario son los lugares centrales y esenciales. En el Altar el sacerdote, en la Santa Misa, es el mismo Cristo, que predica la Palabra y en el momento de la consagración tiene el poder de Dios para que se produzca la transubstanciación, la conversión del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Es el acontecimiento más importante de la tierra, la llegada de Dios al altar. Viene para cada uno de nosotros. Si le recibimos en la comunión estamos recibiendo al mismo Dios.
A eso se va al Templo. Las demás prácticas de piedad se pueden realizar en cualquier sitio. En la Santa Misa se confecciona la Eucaristía que es además el alimento para la vida eterna. Después de la comunión el sacerdote puede reservar en el Sagrario las hostias consagradas para la adoración de los fieles.
Dios, físicamente presente en el altar y en el Sagrario
Cuando al ingresar al templo vemos encendida la lámpara votiva, quiere decir que Dios está físicamente presente. ¡ES DIOS! No es un cuadro, ni una imagen, es el mismo Dios que está allí para recibirnos.
Es por eso que en el mundo entero se reclama la apertura de los Templos. Los sacerdotes saben de la necesidad que tienen los fieles de Dios y suelen estar disponibles para recibir en confesión a los que conscientes de sus pecados quieren limpiar su alma para recibir a Jesús.
Hace unos años me encontraba con unos seminaristas haciendo arreglos en la catedral del Cuzco para la ceremonia de la toma de posesión de Mons. Juan Antonio Ugarte que sería al día siguiente. Al terminar los arreglos nos pusimos a hacer la oración delante del Sagrario sin darnos cuenta que a esa hora se abría la catedral para el turismo. Los turistas que ingresaron al ver un puñado de gente mirar atentamente al Sagrario creyeron que se trataba de una obra de arte valiosísima y ellos también se quedaron allí contemplando. Nosotros rezabamos y ellos miraban la “obra de arte”
La finalidad de la apertura de los templos es para que todos puedan acudir a la Santa Misa y puedan recibir a Jesús Sacramentado para la fortaleza de sus almas.
Estas consideraciones que hemos hecho, en base al catecismo, que son esenciales para la vida cristiana, son muy fáciles de entender para que las autoridades, con los protocolos pertinentes para cuidarse del COVID, puedan permitir que se abran los templos; ¿tienen acaso otras razones para no hacerlo? Si las hay, nos gustaría saber cuáles son… (P. Manuel Tamayo)
“Las campanas son un instrumento bien conocido alrededor del mundo. Su sonido es inconfundible, sea cual sea el lugar. Casi todas las iglesias Católicas cuentan con un campanario, lugar donde se encuentran las mismas, y que son parte esencial del edificio religioso. El uso de las campanas aparece en la Iglesia Occidental, en el siglo VII y en la Oriental, parece que no se usaron antes del siglo IX, apareciendo las primeras campanas en Santa Sofía de Constantinopla (Historia de las campanas).
Al crecer el número de campanas, como así mismo el volumen de las mismas, se vio la necesidad de construir torres para colocarlas debidamente y para que la sonoridad de las mismas pudiera esparcirse más (Historia de las campanas).
Cuando usted y cualquier persona escucha las campanas de la Iglesia, usted interpreta que la Misa está por comenzar. Las campanas y el campanario siempre han identificado a las iglesias católicas. Usted puede reconocer si una iglesia es católica por su campanario y sus campanas. Las campanadas que tocan los templos se conocen como señales y se dan tres, la primera media hora antes del inicio de la celebración de la Santa Misa, la segunda un cuarto de hora antes y la tercera un minuto antes” (La Iglesia católica del Dios Vivo).