En verdad debe ser irónico enterarse quién es, o quiénes son los asesores políticos del presidente, porque todo lo que responde y todo lo que anuncia, en nuestra opinión, son expresiones irracionales, mentiras y contradicciones.
Durante una o más entrevistas, él cree que tiene que poner las preguntas y las respuestas. Eso tal vez funciona en un pueblo pequeño, donde el alcalde o el gobernador regional son una especie de adinerados con los recursos ajenos y todos lo saludan por obligación de recibir algo del presupuesto público. Entonces podría ser un hecho o costumbre bien tonta a respetarse, pero a nivel nacional eso no funciona. El mayordomo de la festividad, es uno más y sobre todo, está al servicio de la gente, no al revés.
Vizcarra tiene todo el derecho del mundo a pensar, hablar y negarse a sí mismo, pero tiene el deber de decir la verdad siempre, es nuestro primer empleado público, nuestro servidor; repito: no es al revés.
Las evidencias demostradas en varios medios de comunicación que siempre han apoyado, defendido y justificado al presidente en todos sus actos fuera del orden constitucional, hoy se están volviendo las fuentes de las denuncias de actos de corrupción que alcanzan al señor Vizcarra desde antes de asumir la vicepresidencia y un ministerio. No es casualidad.
Es muy triste ser testigos de una nueva historia de traición al país, cuando hoy decenas de miles de muertes pudieron ser evitadas, cuando hoy millones están sin trabajo y han perdido todos sus ahorros y bienes tratando de sobrevivir, cuando se ha golpeado la educación de millones de niños y jóvenes a cambio de nada, cuando millones de ancianos son abandonados a su propia extinción, mientra se siguen enriqueciendo con nuestros impuestos unos cuantos burócratas y cómplices del poder más nefasto que pudo ejercerse en medio de una pandemia.
Un consejo señor presidente, no siga ahogando al Perú, es hora que se entregue a la justicia.