Una de las políticas que han aplicado algunos países para aliviar las alicaídas finanzas de sus sistemas públicos de reparto y elevar las tasas de reemplazo a las que pueden acceder los trabajadores después de una vida de trabajo, es el incentivo del ahorro para la jubilación mediante un mecanismo de enrolamiento automático en planes de pensiones privados de capitalización individual.
Este mecanismo aprovecha los descubrimientos de la economía del comportamiento, que indica que muchas personas necesitan ser “empujadas” para ahorrar, pues el comportamiento humano está basado en la inercia.
El enrolamiento automático es justamente ese empujón necesario para lograr que los trabajadores ahorren, ya que evita que tengan que tomar la decisión de inscribirse y facilita que ahorren por más tiempo: si se les incluye por defecto en un sistema de ahorro, los trabajadores tienden a quedarse ahí, ya que para salirse tienen que tomar la decisión activa y meditada de dejar de ahorrar.
El caso de Reino Unido es emblemático, ya que fue el primer país que incluyó en forma masiva en su sistema de pensiones un mecanismo de este tipo con el fin de mejorar los niveles de ahorro para pensiones.
Desde abril de 2019, el aporte mínimo obligatorio a este sistema es del 8% del salario total (3% a cargo del empleador, un 4% a cargo del trabajador y un 1% a cargo del Estado).
A junio de 2020 más de 10 millones de trabajadores han sido inscritos automáticamente, lo que contrasta con el número de inscritos en forma automática en junio de 2013, que era de solo 1 millón.
El sistema, además, ha generado un incremento en la participación de los trabajadores que son elegibles para ser partícipes del sistema de pensiones ocupacionales (de empresa), pasando de 10,7 millones de trabajadores en 2012 a 19,2 millones de trabajadores en 2019.
A su vez, el valor gestionado de todos los aportes realizados a favor de los trabajadores elegibles para este programa ha aumentado en forma sostenida, desde GBP 73.600 millones en 2012 a un total de GBP 98.400 millones en 2019.
En forma muy destacada debe señalarse que este esquema ha logrado que el 91% de los que se inscriben en forma automática permanezcan en el sistema. Solo un 9% de los trabajadores inscritos por defecto ha optado por salir (opt-out).
Los resultados en el Reino Unido han sido especialmente relevantes y exitosos en el caso de los trabajadores con ingresos bajos, los trabajadores a tiempo parcial, las mujeres y los jóvenes. Hasta el año 2012, en Reino Unido tan solo estaban adheridos a sistemas de pensiones de empleo y tenían ahorro para la jubilación los trabajadores de grandes empresas y del sector público.
El sistema ha conseguido que también ahorren para su jubilación los trabajadores de pequeñas y medianas empresas (Pymes) y aquellos con salarios más bajos.
Parece muy relevante, a la luz de la experiencia del Reino Unido, que en América Latina y otras regiones donde la cobertura de 2 pensiones es baja, se adopte el mecanismo de enrolamiento automático como parte del diseño del sistema de pensiones.
Ello permitiría incrementar el nivel del ahorro para el retiro de los trabajadores, fomentar a la cultura del ahorro, y crear un sistema de pensiones para los trabajadores independientes que no han invertido para su retiro de ninguna forma.