El campeonato de la mentira se desarrolla en el Perú a todo nivel como si fuera un torneo deportivo, salvando las distancias entre lo noble del deporte y lo irracional de la política.
Uno de los mejores ejemplos en “el liderazgo” negativo de las mentiras, lo ilustra continuamente el presidente de la República con usual entusiasmo.
Esa característica de Vizcarra se repite en sus ministros también con temible constancia, al afirmarse por ejemplo “que todo está listo para aplicar la vacuna”… y no hay ninguna vacuna, en ningún lugar del mundo y nada está listo (ni infraestructura, ni equipos móviles, ni planeamiento estratégico, ni cadena de frío, nada). Lo único con que se cuenta, es con la incapacidad de los que deciden el daño a la gente, eso abunda, eso sobra, ya está listo de antemano.
Lo mismo sucede con el inefable primer ministro, el general Walter Martos quien fue señalado en una nota del Diario La Razón el 08/07/2020, al informar que dicho hombre de confianza de Vizcarra “no la tendrá fácil en su gestión, porque le han salido al encuentro denuncias que podrían empañar su gestión, al ser vinculado en una investigación abierta a cuatro generales del Ejército por sustracción de combustibles por un monto de S/ 3.5 millones, en el que uno de ellos se ha acogido a la colaboración eficaz y lo ha señalado como uno de los beneficiarios” de la denominada banda criminal “los capos del diesel”.
Y lo mismo pasa también en relaciones exteriores, cuando se miente que este gobierno defiende los derechos humanos y acto seguido el canciller peruano, Mario López, confirma el apoyo del Perú a la elección de Cuba como integrante del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), siendo el gobierno cubano uno de los más terribles y sanguinarios represores en el mundo.
Si seguimos escuchando los anuncios de los ministros, como el del Interior, para quien al parecer la delincuencia no existe y se ha extinguido, el de Defensa, que anda perdido entre saber si es ministro o un Oficial al servicio de la Patria, la señora de Justicia, que no entiende que no es abogada defensora del presidente, y en fin, todos los demás que no hacen de la verdad su insignia, es para no creer que en el Perú tenemos autoridades.
Lo peor, siempre lo peor era el Congreso, pero este gabinete de ministros le ha ganado a pulso ese título.