El circo -me decía mi abuelita- sólo cambia en el nombre, los escenarios, la pista, la carpa y sobretodo los animales que están allí, son los mismos, especialmente los leones hambrientos.
En la política es igual, cosas de la vida: los escenarios (gobierno, congreso, gobiernos regionales, municipalidades), la pista (el foro de discusión y arreglos, componendas y repartijas), la carpa (las asignaciones, presupuestos, partidas extraordinarias y endeudamientos) y los animales… bueno, no me pidan señalar algo que puede tocar fibras en algunos que aún no están amaestrados en su propia jungla.
Pero yendo al centro del título del Editorial de hoy lunes 23 de noviembre, fíjense ustedes que el que se decía “adalid del cambio, supremo eje de la renovación, esforzado primer servidor del Estado, benefactor de los pobres y amigo de todos menos de la corrupción, enemigo del Congreso, enemigo del delito político, enemigo de la prensa que no se suma al gobierno”… hoy es un interesado postulante a la vigente inmunidad parlamentaria, para cubrir sus innumerables procesos, investigaciones judiciales e inmediata acusación formal por delitos de lesa humanidad.
Cien mil muertes, trescientos mil víctimas derivadas de esos decesos (viudas, viudos, huérfanos, padres abandonados, familias desprotegidas, hogares destruidos en lo económico, educativo y humano), más de un millón de pequeñas y micro empresas quebradas y cerradas, siete millones con desempleo, tres millones cuyos puestos de trabajo han sido eliminados y por lo tanto no se recuperan, millones de niños y jóvenes sin seguir sus estudios y que fueron constantemente engañados con “una lap top a fin de mes”, que nunca llegó, como tampoco hay señal de internet, ni un plan mínimo educativo de emergencia…
Bueno pues, con todo eso, que es apenas un brevísimo resumen del peor gobierno de la historia del Perú, el causante mayor, el responsable de hecho, el que gritaba enroncado por su disipada vida, pretende ser candidato al Congreso de sus odios ¿Porqué?
Para la “maldita inmunidad parlamentaria”, para esconderse en la excusa que criticaba.
Y sale con el pretexto añadido que buscará eliminar la inmunidad, sin que sea retroactiva, claro está.
Eso, la retroactividad no puede ser y el procesado y vacado lo sabe de sobra; por eso, cobarde, tránsfuga, traidor de cuantos amigos tuvo, huye a los brazos de la impunidad.
El procesado #69 quiere ir al Congreso ¿Le darás tu voto?