No importa cuántos días, semanas o meses esté dentro de una mujer, doy certeza plena que Benjamín no era un “fenómeno”, era un ser humano, un milagro que creció dentro de mis entrañas.
En carta de los lectores publicada por el diario La Nación, Carolina María Gallo, quien perdió su niño por aborto espontáneo en la 20ª semana de gestación, respondió desde su sentimiento y percepción la criticada expresión del Ministro de Salud argentino Ginés González, quien exponiendo en días pasados ante las comisiones de Legislación General, de Legislación Penal, de mujeres y diversidad y de acción social y salud pública del Congreso, dijo que “acá no hay dos vidas como lo dicen algunos, acá claramente es una sola vida y lo otro es un fenómeno”.
La autora de la misiva, quien había perdido recientemente a su hijo, cuenta que lo sostuvo en su mano, y pudo contemplar “su carita, sus manos, sus pies, sus ojos”.
“Lo miré y besé con infinito amor y un dolor inexplicable. La despedida duró unos pocos segundos, los suficientes para dar testimonio de que en mi panza creció un bebé, que será considerado siempre parte de mi familia”.
A continuación el texto completo de la Carta. Los subtítulos intercalado es nuestro:
“Un ser humano con todas su partes”
Hace dos meses perdí un hijo. Sí, un hijo, un ser humano con todas sus partes. En la palma de mi mano sostuve un bebé de 20 semanas. En la sala de partos, con dulzura y respeto, preguntaron si queríamos conocerlo. Sin titubear con mi marido respondimos que sí. De mi vientre salió Benjamín.
A veces me invade el miedo de olvidar su carita, sus manos, sus pies, sus ojos, pero de algún modo mi corazón se ocupa de traer ese recuerdo con mucha gratitud. Lo miré y besé con infinito amor y un dolor inexplicable. La despedida duró unos pocos segundos, los suficientes para dar testimonio de que en mi panza creció un bebé, que será considerado siempre parte de mi familia.
No importa cuántos días, semanas o meses esté dentro de una mujer, doy certeza plena de que Benjamín no era un “fenómeno” o algo similar, era un ser humano, un milagro que creció dentro de mis entrañas.
Clínicamente esto se llama aborto espontáneo, por causas que la naturaleza sabiamente conoce, el bebé es expulsado del cuerpo de la madre. La naturaleza tiene esa autoridad para “decidir”, por sobre los deseos propios. No considero que nadie tenga el “poder” para eliminar a otro ser humano. No considero que existan razones suficientes para terminar con la vida de un bebe en pleno crecimiento.
Cómo es fácil eliminar ‘aquello que molesta’
Cuánto más fácil es eliminar “aquello que molesta”, en vez de elegir otros caminos que son posibles, pero requieren de un compromiso mayor. Respeto a las mujeres que pasan situaciones tremendas y su salud mental o física se perjudica a raíz de un embarazo no deseado. Sin embargo, respeto aún más a aquellas valientes que deciden seguir adelante, regalando a esa vida otro futuro.
Me duele que en nuestro país se esté debatiendo atrozmente, y sin filtros, una ley que trata el derecho más importante, el más básico: el de vivir o no vivir. (Carolina María Gallo).
Con información de Aica