El seis de junio de 2014 lo decía el Instituto del Ahorro en su primera declaración púbica: “En el Perú, son doce millones de personas las que no aportan ni a las AFP (sistema privado de pensiones), ni a la ONP (sistema nacional de pensiones). Los afiliados a las AFP a ese año eran 5.8 millones, y a la ONP 3.6 millones. Si se suman esas dos cifras y se saca el 50% del total acumulado, tenemos a los que no son aportantes activos. A ellos a su vez, se suman los trabajadores que no están afiliados a ningún sistema previsional, esa es la crítica situación que estamos a tiempo de revertir en beneficio de los nuevos viejos”
¿Cuál fue la respuesta del gobierno y del congreso, de la ONP, de dos de las AFP, del gremio de esas empresas y de la Superintendencia de Banca y Seguros? Silencio y control de opinión, en una batalla atroz de presión y censura que no escatimó medio alguno.
¡Pero cómo son las cosas! Todo lo anunciado por el Instituto del Ahorro se fue cumpliendo:
- Menos aportantes a las AFP
- Menos aportantes y menos afiliados a la ONP
- Crisis de credibilidad en los sistemas de pensiones
- Ausencia de liderazgo gremial en las AFP
- Quiebra de la ONP
- Intentos de “reformas” mercantilistas
- Intentos de “reformas” políticas
- Tránsfugas en alquiler (sobretodo ex ministros) para defender o atacar a las AFP
- Desprestigio en las AFP y en la ONP
- Pérdida de confianza hacia el ente regulador SBS
- Cero educación previsional, cero cumplimento de las normas
- Maltrato a los afiliados de ambos sistemas
Eso fue a lo largo del 2014 hasta el 2019, pero en el 2020 se sumaron dos efectos perniciosos que se acumularon en uno solo: crisis de la economía y crisis sanitaria.
El colchón de los que están afiliados a las AFP fue una barrera de contención que le alivió al gobierno miles de millones de soles en ayudas que nunca llegaron (aunque estuvo programado “un préstamo solidario obligatorio” que consistía en que el Estado use parte de los fondos privados de pensiones para enfrentar la pandemia).
¿Cómo que barrera de contención? Por ejemplo, si usted tenía 1,000 o 5,000, tal vez más de 10 o 20 mil soles, pudo acceder -ante tantas angustias-, de alguna forma a su dinero o parte del mismo, en vez de que el gobierno destine un Bono de Apoyo que evite que usted consuma sus ahorros de la jubilación. Los trabajadores afiliados a las AFP financiaron lo que el Estado debió de financiar con los impuestos y no, con el ahorro para las pensiones de jubilación.
Pero como siempre, el gobierno, el Ministerio de Economía, los ladrones de la política –todos juntos-, se callaron y miraron de costado para que el trabajador pierda, como siempre.
En cambio en el lado de la ONP están fregados, ya que no existe un fondo, no hay dinero, sino una deuda previsional incalculable y un déficit acumulado que supera los cien mil millones de soles y sigue creciendo. La pirámide de la ONP sigue estafando a sus cotizantes, ya que sólo 1 de 5 tendrá pensión de jubilación.
Entonces, como estamos en medio de procesos electorales, el congresal de corto tiempo que ya se acaba, y el nuevo congresal y presidencial en camino, las promesas se reproducen como esporas y se ofertan dineros inexistentes.
Sin embargo, a pesar de esa triste caja vacía, existen oportunidades para los afiliados a la ONP, porque sí existe dinero en el Fondo Consolidado de Reservas de la ONP como para entregar un Bono Solidario ante la pandemia.
Se podría aliviar en parte las angustias financieras de los casi 4 millones de actuales afiliados, conforme su tiempo de cotización y montos de aportes a lo largo del tiempo, ofreciendo un Bono diferenciado de ayuda, eso es posible y financieramente sostenible.
Pero ¿Lo hará este gobierno sinuoso e insensible?