Es increíble que se hable de integrar todos los sistemas de pensiones en el Perú, como si el de reparto y el de ahorro individual fueran complementarios.
Peor aún, dejando de entender que el tema previsional no se circunscribe a que los trabajadores paguen para una pensión de jubilación, sino que se debe de partir de la esencia misma del mercado laboral, la informalidad y la definición de las fuentes de financiamiento que sostendrán a quienes no pueden acceder, al final de su vida de trabajo o una edad elástica de medida, a los beneficios de la cobertura integral de pensiones.
En mi opinión, la Comisión de Protección Social definió muy mal su rol, ya que no se trata de aumentar la cobertura, sino de universalizarla. Y tampoco es prioridad elevar la densidad de cotizaciones, sin atacar previamente el problema de la informalidad por un lado y de la falta de atención a la estructura laboral existente, es decir, herramientas de secuencia y frecuencia en la historia de ocupación en el trabajo.
Primero, se debe definir si se construirán pensiones en base al ahorro o en base a impuestos. Si se parte del ahorro, es importante diseñar estrategias de continuidad financiera –seguro de cesantía por ejemplo- en las etapas de ausencia de aportes previsionales.
Segundo, si se trata de tener un pilar no contributivo y un segundo pilar contributivo con incentivos, entonces seguiremos mal, porque no se puede repensar un sistema previsional con esas bases. Los pilares son solidarios para el trabajador que al final de su ciclo laboral o en condiciones muy precisas, no puede acceder a una pensión de jubilación y a la vez, dejaría de estar protegido por la Seguridad Social en salud.
No se puede facilitar la eterna beneficencia, por eso un Pilar Solidario es excepcional y no universal. La universalidad es el acceso a la construcción en base al ahorro o los impuestos a una categoría previsional.
En cuanto a los incentivos, se diseñan para que crezca la acumulación del ahorro y en muchos casos para que estando el trabajador fuera de planilla –independiente, informal- no deje la secuencia del aporte y a la vez, tenga un mejor horizonte en sus objetivos finales.
Esa comisión que fracasó y a nadie agradó, parece de desprotección social porque mira con recelo al sistema privado de pensiones y parece estar pensando en el ilusorio y absurdo Estado de bienestar, en la facilidad de interpretar que el Estado se encargue de todo y eso, en un país que quiere futuro en base a su presente, no es posible permitirlo.
Los sistemas de pensiones –público y privado- no son complementarios y además, al afiliado no se le puede quitar la Libertad de elegir entre el ahorro individual y la imposición tributaria, eso no funciona ni funcionará.