Esa muy fácil criticar, dicen unos. ¿Qué harías tu en el gobierno, a ver? Cuestionan interrogando otros. Sin embargo, hay que ser demasiado imbécil para tratar de voltear la mirada de indiferencia y buscar responsabilidades en los ciudadanos, cuando es el gobierno quien tiene el deber de dar respuestas al ejercicio de su obligaciones; pero con una prensa corrupta, alquilada, vendida o cómplice del poder político y financiero, es difícil lograr una opción para hacerse escuchar desde la casa, la oficina, el taller, la escuela o el campo. Entonces, queda la calle y la conjunción de voces y fuerzas desde las redes.
Eso ocurrió hace pocos días cuando cerca de tres mil ciudadanos, a pleno medio día y con una temperatura que alcanzaba los 28° centígrados, nos constituimos en la Plaza San Martín para caminar hacia el Jurado Nacional de Elecciones, como muestra de advertencia de los peruanos que deseamos vivir en Democracia, peruanos que no queremos que se excluyan candidatos en pleno proceso electoral, cuando ya todo debió estar auditado.
Democracia defendida por demócratas, eso fue la expresión de las gentes, ordenadas, pacíficas, respetuosas. Y por supuesto, salvo los medios digitales independientes y alguna excepción adicional, toda la prensa adicta al Presupuesto Público buscó otras “noticias” para sus ediciones, antes que titular algo así como “El Perú dice no a decisiones autoritarias del JNE”.
Pero esa protesta no quedó allí, porque fue naciendo de la propia multitud, la expresión de indignación creciente frente a la nula defensa de la vida de los peruanos, que desde el gobierno alguien que se ha caracterizado por no trabajar y por ser como uno de sus predecesores, un mentiroso desde la presidencia, nos demuestra cada día como menosprecio e insensibilidad con decenas de miles de afectados.
Sólo en el mes de febrero, las cifras de fallecidos desbordan toda estadística y frente a eso, la maldad que gobierna se niega a la solidaridad empresarial o asociativa entre ciudadanos, impidiendo toda forma de gestión para conseguir con prontitud y no para la eternidad, la suficiente cantidad de vacunas y recursos médicos y hospitalarios que se requieren para proteger a las familias del país.
El presidente (con minúsculas tan burdo señor), está doblemente vacunado y hace show de ese acto que en verdad, no sabemos si es de verdad, porque todos sus socios en el poder ya han sido vacunados a espaldas del pueblo, sin hacer fila, salteando el orden o como fruto del desorden que la corrupción de sus ministras hizo junto a los escandalosos lobistas chinos.
Democracia por eso decimos, no es dejar morir a miles de miles, y no hacer nada por salvar a millones que están desesperados por seguir viviendo. Democracia no es ganar cada mes más de cuarenta mil soles sin hacer nada y gastar cientos de miles en lujos y placeres en palacio de gobierno. Democracia NO es mentir y seguir mintiendo a diario. Por eso, cuando no hay democracia y se hieren vidas, se castigan esperanzas y se condena el futuro matando el presente, el Pueblo tiene toda la autoridad y obligación de presionar, de expresarse con fuerza, de salir de sus casas, trabajos, talleres, mercados, campos y provincias, para marchar por la Libertad y por el derecho a vivir, algo que ningún gobierno puede obstruir.
El reloj de la historia se ha detenido señor Sagasti, señores ministros cómplices del genocidio más grande la historia del Perú. Ahora los ciudadanos con sus familias van a mover el tiempo, no ustedes.