Está claro que todos desean y quieren el bien. Todo ser humano busca el bien.
El problema está cuando no se sabe qué es bueno y qué es malo, o cuando se piensa que algo malo es bueno.
También es incongruente y perjudicial cuando alguien desea el mal para otros.
Cuando el relativismo generaliza todas las aseveraciones que se hacen, estamos hablando de una “enfermedad” de la mente.
Lo bueno y lo malo son incompatibles
Lo que es opinable puede ser relativo, pero cuando se trata de la verdad y de las nociones del bien y del mal la objetividad está clara, lo que es malo no puede ser bueno y tampoco caben los términos medios. Es conveniente separar el bien del mal.
El egoísmo y la soberbia son malos y hay que rechazarlos. Todas las personas tenemos algo de soberbia, unas más y otras menos, podemos afirmar que tenemos un mal que hay que procurar quitarlo. Si alguien tiene cáncer, puede ser leve o muy grave, en ambos casos hay que combatirlo.
Dios es bueno y el diablo es malo. No existe la maldad en Dios ni la bondad en el diablo. A Dios hay que aceptarlo y al diablo hay que rechazarlo, combatirlo siempre.
Si tenemos dos vasos de leche y en uno hay veneno, tenemos uno bueno y otro malo. El que tiene veneno, aunque esté lleno de leche y se vea solo la leche, es malo, porque es veneno. Si se toma puede causar la muerte.
Los postulados marxistas y comunistas son malos per se (en esencia)
El marxismo, que es el comunismo y el socialismo, de cualquier color que sea, es malo porque va contra Dios y los hombres. Si alguien dijera que algún tipo de marxismo es bueno estaría en un error garrafal o estaría mintiendo.
El cristianismo y el marxismo son incompatibles. La condena de la Iglesia ha sido a lo largo de los siglos desde el nacimiento del marxismo hasta la fecha. De allí las férreas persecuciones de los regímenes socialistas y marxistas contra la Iglesia.
Los movimientos marxistas: comunistas y socialistas propugnan la lucha de clases. Su discurso es quitarle todo a los ricos a través de la violencia para dárselo a los pobres y a la vez controlarlos a todos con un Estado grande para que no se cometan abusos y todos sean iguales.
El cristianismo predica la doctrina del Evangelio para que los seres humanos nos amemos unos a otros y nos ayudemos a salir adelante fortaleciendo la familia que es la célula básica de la sociedad con un Estado que tiene función subsidiaria y respeta la libertad de todos.
Lo contrario al marxismo y al comunismo no es el Fascismo o la ultraderecha, es el amor a Dios y al prójimo que predicó Jesucristo para todas las personas de todas las épocas.
Hoy es urgente advertir a los cristianos que el mal se quiere colar por cualquier ventanita que se deje medio abierta. No hay que fiarse de las artimañas que ponen los sembradores impuros del odio a través de ideologías que quieren cambiar el sentido de la moral cristiana y el orden de la Caridad.
Primero siempre está Dios, a Él tenemos que ir para adorarlo. Dios a través de los sacramentos nos refuerza para llevarle al prójimo lo que Él nos da. Querer ayudar al prójimo sin Dios es como estar en un desierto sin brújula. Dios marca el rumbo y entrega el “maná” para fortalecernos. “El que pueda entender que entienda”
Para saber más:
El mal… “Esta palabra proviene etimológicamente del latín “male” y es una reducción de la palabra “malo” de origen latín “malus”. El mal es una particularidad negativa que se le atribuye a las personas cuando actúan carentes de bondad o moral dentro de su entorno” (Diccionario).
El bien y el mal son dos términos que frecuentemente son asociados al comportamiento ético de los individuos, generalmente los individuos que respetan las leyes y las normas sociales que prevalecen en una sociedad son apreciados como buenos, mientras los que se comportan de forma rebelde y contraria a las normas será deducido como malo y promotor del mal (Diccionario).
En la iglesia católica el mal está representado por Satanás (el príncipe del mal) y el bien está representado por Dios (Diccionario).
” El mal no puede ser algo positivo que por su naturaleza y en sí mismo sea malo totalmente, el mal por el que una cosa se denomina mala no es una cosa o forma positiva ni tampoco es una mera negación, sino que es la privación de perfección debida a su ser”. (Francisco Suárez).
“Bien” significa “aquello que en sí mismo tiene el complemento de la perfección en su propio género, o lo que es objeto de la voluntad, la cual ni se mueve ni puede moverse sino por el bien, sea verdadero o aprehendido falsamente como tal” (Diccionario).
“El Bien es la realidad, realidad perfecta o suprema, y es deseado como tal” (Diccionario).