Los líderes de izquierda y sus seguidores en todo el mundo tienen los mismos argumentos, y culpan a los ricos, la oligarquía cómo cariñosamente le llaman, de todos sus problemas. En este siglo XXI han identificado la administración de justicia cómo su principal arma ideológica y política en lo que ahora se conoce cómo Lawfare y diseminan su desinformación y adoctrinamiento con los medios masivos de comunicación.
Quieren acabar con las multinacionales y las grandes corporaciones a quienes culpan de la pobreza, del subdesarrollo y hasta del cambio climático. Si bien es verdad que hay “empresarios” que son mercantilistas y oportunistas que sólo luchan por satisfacer su desmedida ambición, como George Soros, existen otros que si proceden con ética y quieren lucrar pero haciéndolo con honestidad y apego a las leyes.
Sin empresarios no hay empresa. Sin empresa no hay empleo. Y sin empleo no hay ingreso digno para llevar pan a la mesa. El Estado como empresario ha fracasado en todo el planeta. No existe empresa estatal que no sea subsidiada de una u otra forma. Por algo se llama cadena productiva. Le gusta su celular, su tablet, su compu, su carro, su ropa, su comida, todo, sin excepción, es producido por mentes y esfuerzo empresarial.
Ser emprendedor conlleva riesgos. Riesgo que su producto o servicio no sea exitoso y pierda toda su inversión. Riesgos con los bancos usureros, con los gobiernos miopes y obtusos que sólo los ven como fuente de ingreso para sufragar sus gastos obscenos y sus Leviatanes aparatos estatales a costa de los impuestos que los empresarios pagan. En muchos países del mundo, son los empresarios los que mantienen carreteras, puentes, puertos y aeropuertos. Yo pago peaje encantada si mi carro no se daña en la carretera. Usufructuar de los mismos es legal, y cumplen con darnos la infraestructura que necesitamos y usamos todos.
Si el espíritu emprendedor se apaga, si se aniquila la empresa, y queda todo en manos del gobierno …ya pensó Usted: ¿Quién pierde?
Vea Venezuela, Corea del Norte, Bolivia, Cuba y tantos otros ejemplos. La lista de fracasos es larga.
Ahora que Perú, Chile, Colombia, Bolivia, Guatemala y otros países del hemisferio enfrentan una lucha a muerte contra quienes quieren convertir estos países en otra Cuba o en otra Venezuela, no se detendrán hasta lograrlo. La miopía y cobardía de líderes políticos oportunistas y la ignorancia de la gente son su principal abono.
Por ejemplo en Guatemala, donde vivo. Los grandes empresarios tienen los medios legales para emigrar a otros países. Muchos de ellos tienen doble nacionalidad estadounidense o europea. Teniendo cuentas bancarias en el exterior, en caso de caer Guatemala en el abismo socialista globalista, ellos perderían todo su patrimonio físico que no se pueden llevar. Pero el líquido ya lo tienen afuera y con eso siendo emprendedores, se levantan de nuevo. Tal y como lo hicieron tantos empresarios cubanos, nicaragüenses y venezolanos que huyeron a los Estados Unidos y volvieron a hacer fortuna.
Pero ¿y usted, tiene a donde ir legalmente? Si se van los empresarios, se acaba el empleo. Entonces: ¿Quién va ha mantener infraestructura, centros comerciales, el giro del comercio que es fuente de ingreso de la gran mayoría de ciudadanos?
En mi país, el mercado central, que llamamos La Terminal, maneja millones de Quetzales a diario entre productos perecederos que ingresan del interior y no perecederos que vienen de China, principalmente. Es el corazón de la cadena productiva nacional. Abastece a las grandes cadenas de supermercados, restaurantes, comercio, y a la ciudadanía que como yo, gusta de comprar productos frescos en el mercado. Si dejan de existir esos compradores y no hay poder adquisitivo para ir a comprar. Vuelvo a preguntar: ¿A quién le hacen el daño?
No sólo a quienes nos tendremos que quedar en Guatemala a comer tierra, literalmente, sino también a las miles de familias que se alimentan gracias a ingresos directos o indirectos de la cadena productiva que inicia con el campesino que cultiva o el pescador que sale de noche a tirar sus redes. Todos nosotros seríamos los afectados y viviendo en un país como los mencionados, no tendríamos forma de alzar la cabeza.
Los ataques violentos en Chile y Colombia, las amenazas de los psicópatas de Sendero Luminoso, las pataletas de una izquierda herida en Guatemala, existen porque un puñado de enfermos mentales parásitos improductivos quieren llegar al poder para ser tan ricos como Chávez, Maduro, Ortega, Kirchner o Castro. Punto.
Pregunto, hermanos peruanos, chilenos, colombianos, guatemaltecos, ¿eso quieren?
Fotografía: Diario El Popular, abril 2020, miles de familias van a la tierra de sus ancestros en medio de la pandemia y el abandono del gobierno: “Necesitamos que nos ayuden, necesitamos ir a nuestra tierra, en Lima no tenemos nada, solo hambre”