A lo largo del tiempo, he visto, escuchado y compartido intensos debates sobre el acontecer político de mi patria y de algunas naciones que sigo con marcado interés, sea por amistades que me invitan a opinar, sea porque es necesario opinar de aquellos sucesos que pueden marcar una señal de esperanza o una de advertencia en el impacto de su difusión.
Y es así que llegamos siempre a un punto donde el silencio es la mejor respuesta hasta ahora, frente a la pregunta ¿Te están diciendo la verdad los que gobiernan y los que quieren ser los nuevos gobernantes? ¿Hay algo que me digas que es una evidencia de honradez y transparencia en la palabra, en las propuestas, en los planes o sueños de aquellos con miradas angelicales que aspiran a dirigir los destinos de cada una de las personas que conforman la nación?
Como les dije… silencio, mirada al techo o al cielo implorando una bendición, pero de “evidencias”, nada.
Y eso es lo malo, lo pernicioso, lo desagradable de lo que vemos como “política” convertido en un arte delictivo, que se impone a punta de propaganda avasalladora (no es publicidad, no es marketing, es propaganda).
¿Pero qué podemos hacer frente a esto que se repite y repite incansablemente como una letanía sobre nuestras vidas? Y la respuesta es una sola: participar.
¿Cómo es eso de participar, si la política hoy en día se trata de lo más asqueroso y desagradable, de unirse a mafias y cárteles, a grupos de odio y clanes de apellidos o dirigencias abusadoras del dinero ajeno, que manipulan a trabajadores de sindicatos, a creyentes de prédicas fanatizadas, a medios de comunicación que hieren el honor y la integridad para destrozar toda posibilidad de cambio, progreso y desarrollo en Libertad?
Es que se trata justamente de entrar a la guerra para construir la Paz. Y necesitarás coraza de tus valores, cubierta en tus virtudes, sensatez en cada acto y posición, porque tienes que construir posición para tomar la acción.
Mira bien: En lo que conocemos como “política” hoy en día, no existen verdades, sino maquillajes de la verdad, cirugías plásticas, reconstrucciones faciales …redundo: “en el rostro deteriorado de la hipocresía”. Por eso, se hace fácil derrotar el discurso populista si demuestras entereza, carácter, constancia, integridad.
Tenemos, debemos de participar en política para desterrar las mentiras, el populismo, la demagogia, el engaño, la tendencia que ahuyenta a los ciudadanos porque no quieren perder tiempo “en eso”.
Y en sentido directo, es para ganar tiempo, porque se están acabando los espacios de Libertad, por no participar. No es sólo con el voto, es también con la voz, constante, ardiente, vencedora, para poder decir y probar que existe la majestad de la verdad.