En todo momento y casi a toda hora, uno puede leer en las redes sociales el himno del odio, la voz del resentimiento, la asquerosidad del lamento izquierdista cuando ven que los niños, los jóvenes, los trabajadores, campesinos, obreros, maestros, los ancianos en su temple y fortaleza dicen a viva voz “Felices Fiestas Patrias Perú”. Esa emoción, esas palabras de generosidad con la raíz de nuestra existencia como nación, son la muralla que derrota a la vergüenza de los que miran hacia abajo, porque no tienen orgullo para sentirse gentes de bien y peruanos de corazón.
Un país de valientes, se sacude de los cobardes que inundan sus temores con el libro del resentimiento y las traiciones, un país de entrega y saber, lee su historia, aprende de sus actos de heroísmo, enseña a través de la constancia y la tenacidad que nada lo detiene y nada lo derrota. Pero cuando se dice eso y se canta el Himno, cuando se besa la sagrada Bandera de la Patria, nos atacan los serviles, los ladrones, los sinvergüenzas que han tomado por décadas el poder político para envilecerse y destruir la educación, la justicia y los caminos de la Libertad, ejes supremos de una mejor democracia, aquí donde siempre ha sido herida y minimizada, a cambio de demagogia y populismo, dictaduras de izquierda y opresión mediática, esa nueva forma de manipulación inducida por el odio.
El Perú celebra trabajando, brinda uniendo, se alegra solidariamente cuando una mano se extiende para dar el abrazo al hermano de la Patria, al soldado, al buen Policía, al sacerdote que lleva un rosario de esperanzas para el pueblo, a la madre de familia que ejerce el mayor valor social y de amor que nadie puede derrotar. Un país grande, un país que ríe y sabe reír sobre el dolor, porque nada lo detiene y nada lo volverá a herir. Eso es lo que le duele a las izquierdas, eso es lo que le siembra odio a las izquierdas que cambian de nombre siempre, pero son la misma porquería que debemos extirpar en el país y en el mundo.
Celebremos trabajando, festejemos con una oración en Familia y pidamos a Dios que nos brinde con su manto protector, el aliento de la victoria sobre el comunismo y sus gentes del mal.
¡Felices Fiestas Patrias Perú!