A la educación por ejemplo. Son miles los que están perdiendo sus trabajos, al ser insostenibles las escuelas, sobretodo, las de los más pequeños. A los emprendimientos de familia, que caminaban bien…
A los trabajadores independientes, técnicos y profesionales, que llevan meses sin ingresos, pero al día -como sea- en sus obligaciones (familia, hogar, oficina, local, colegas, servicios, préstamos)…
A las mujeres que en sacrificio permanente tenían movilidades escolares y laborales, muchas con crédito vehicular por vencer. A las mujeres que hacían ventas de catálogos en casas de amigas y vecinas…
A cientos de miles de jóvenes que para estos miserables gobernantes la respuesta es una frase estúpida que dice: “pueden recuperarse, porque son jóvenes” A millones de jóvenes que están sin educarse…
A los ancianos y a los por serlo, encerrados, sin capacidad de ejercer sus oficios o voluntariado, abandonados hasta corroborar sus muertes. A los viejos de la familia, que ven cómo se extingue todo…
A las Fuerzas Armadas, que no pueden expresar su indignación ante la incompetencia y la ineptitud del gobierno, y encima, bajo el mando de algún ex militar o político incapaz como Ministro de Defensa…
A la Policía Nacional, ordenándole repeler y castigar toda protesta de la sociedad, reprimiendo al más pobre con mayor energía, sometiéndose al abandono, desmotivación y desidia por cansancio y miedo…
Al más pobre entre los pobres, porque ni voz tiene, ni se permite que lo escuchen. A la clase media -la aplastada de siempre-, que tiene que perder sus logros para comenzar de nuevo, soñar otra vez…
A los campesinos de toda tierra y clima, abandonados y exprimidos, engañados y usados. A los deportistas, negados en sus actividades, símbolos de uso en las ceremonias oficiales, campeones olvidados…
A millones de Padres de Familia (Padres y Familia con mayúsculas) que están haciendo lo necesario para subsistir y aún cierran cada lágrima oculta detrás de su mirada, con esperanza. A Papá y Mamá…
A los niños que no tienen parque para jugar, jardines para correr, veredas para andar y amigos a quienes abrazar “porque se pueden contagiar” de amistad, solidaridad, amor y respeto. Al Voluntariado…
A los que aman la Patria, porque aún en los peores momentos, creen ingenuamente que el gobierno hace lo posible por todos, cuando en verdad, se llena el bolsillo en nombre de todos. ¿Hay una respuesta?