El Ministerio de Salud del Perú, tiene en el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, una “Sala situacional para el análisis de la situación de salud” (la redundancia es tal y como se denomina por el Estado). Al margen del nombre, es una fuente importantísima de información, hoy desperdiciada, en medio de una pandemia.
Con una data actualizada de 5 años precedentes, “la sala virtual tiene como objetivo mostrar la situación de salud y tendencias de las enfermedades sujetas a vigilancia epidemiológica, de manera dinámica con enfoque de riesgo, con la finalidad de orientar, priorizar, focalizar las intervenciones sanitarias, para el control de los problemas de salud identificados”.
Por lo descrito, quienes venimos siguiendo el problema del Dengue en el Perú desde el análisis de los hechos, hasta las respuestas de los gobiernos nacionales y subnacionales, teníamos una mejor visión del curso de los acontecimientos en el mundo y por supuesto, hacia el país, cuando se perfilaba el tema del COVID-19.
Es así que nuestras primeras preocupaciones fueron los tiempos y las decisiones, que no guardaban lógica, tal y como -coincidentemente y muy bien descrito por la periodista de investigación Sonia Shah- se puede corroborar en las secuencias que los gobiernos asumían, pero con criterios políticos, de favorecimiento digamos, electoral, a futuro, pensando en ellos, no en la pandemia, no en las personas.
El seguimiento del tema del Dengue fue, para los que seguimos -repito- estas evidencias, un pre curso de los hechos, porque al tener una infraestructura hospitalaria ya colapsada por miles de pacientes con Dengue, se sumaba la otra cara de la moneda con la pregunta ¿Y si viene otra epidemia de esta magnitud o una peor, responderá el aparato sanitario del país o el colapso será trasladado a otras esferas?
En el trabajo de reunir información, conseguir entrevistas para armar un buen articulo dirigido -como nosotros lo hacemos- exclsuivamente a un público académico (profesores y alumnos de universidades e institutos, estudiantes de colegios de los últimos años y jóvenes trabajadores) y de cierto liderazgo en la sociedad, las fuentes deben ser constantemente corroboradas, comparadas y evaluadas.
En ese sentido una de las mejores herramientas de apoyo resulta la sala virtual del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, como herramienta de apoyo.
Ahora bien, hagamos la pregunta ¿Existía o existe alguna planificación para enfrentar el Dengue y ahora el Covid-19?
Los resultados evidencian día a día, que se usa el método de reacción ante los eventos, se deja de lado a los epidemiólogos y al Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades y por tanto, todo es una actuación politizada lamentablemente, ante la cual, los periodistas caen en el juego de seguir lo que ocurre y no dedican tiempo en investigar para preguntar adecuadamente; no investigan y no leen para poner en frente de la sociedad, lo que acontece, en palabras simples.
Entonces, epílogo, seguimos desperdiciando fuentes de información, por priorizar la política.