El otro día subí un post en mi página de Facebook (Betty Marroquín) que usando vacas como ejemplo, explicaba las diferencias entre socialismo, comunismo, fascismo, nazismo, capitalismo y lo que hoy día llamamos la izquierda. Es un meme que no habla de Guatemala. Algunos empezaron a teclear tanta estupidez que decidí dedicar mi columna de hoy a hacer otro intento por aclararles los conceptos.
Entiendo que la gente está furiosa con el tema de la corrupción, como si fuese la novedad o exclusividad de Guatemala. El lavado de cerebro mediático ha sido tan eficaz y eficiente que ya no piensan en otra cosa. Llega a tal punto la manipulación de los medios y de ciertos actores como Aldana y Velasquez, que la gente cree que la corrupción está ligada a la libertad, y critican sólo a un lado del espectro. Desde que el ser humano existe, existe la corrupción. Eso no la disculpa, pero la explica.
Es así que polarizaron al país entre los que queremos perseguir a todos los que rompen la ley, sin excepciones, a quienes nos llaman “pacto de corruptos” y los que creen como borregos sin pensar que con tal de “acabar” con la corrupción aplauden como autómatas que se destruyan los principios fundamentales del Derecho. Principios gracias a los cuales las naciones viven en paz, que se basan en leyes que derivan de la Constitución Política de la República, sobre la cual se fundamenta nuestra República.
Así que inicio aclarando que la corrupción no es exclusiva de un lado del espectro ideológico, ni es exclusiva de ricos o pobres, militares o guerrilleros, civiles o burócratas, emprendedores o sindicalistas. Corrupción existe en todos los países del mundo, sin excepción, y en absolutamente todos los sectores.
Cómo lo he dicho miles de veces, Guatemala NO es un país capitalista, es un país mercantilista. El mercantilismo moderno es un sistema en el que existe economía libre, pero sobre regulada. Existen sendos límites a la actividad productiva, sobrecargada con impuestos altos y controles de precios. Tiene un aparato estatal grande, sindicatos fuertes, proteccionismos de diversos tipos como subsidios y monopolios.
Un régimen como tal es caldo de cultivo para la corrupción. Dónde hay tramitología burocrática grande, es fácil que los burócratas manipulen las reglas y se aprovechen de su posición para cometer actos de corrupción como sobornos, mordidas, etc. Eliminar la tramitología burocrática, simplificar trámites y procesos, tecnificando al máximo los mismos de forma lógica, es como mejor se elimina la posibilidad de que la burocracia se corrompa.
Un Estado que paga mal a sus mandos medios bajos y a sus fuerzas de seguridad, es un Estado que sin duda está dando lugar a que esas personas se corrompan. Tenemos un gobierno en el que los Ministerios destinan más del 60% de su presupuesto a gastos de funcionamiento. Un abuso. Es inaudito que para operaciones destinen cuando mejor va, el 40% del presupuesto. Sistema típico del mercantilismo.
En un sistema realmente capitalista, el gobierno es pequeño. Da seguridad, justicia y servicios más generales. Reglas claras y concisas que el individuo, la empresa o institución no puede romper, y un campo de acción libre. Y sobre todo, igualdad ante la Ley. Nadie está por encima de la ley. La aplicación de justicia no es usada como arma política, y por ende, hay certeza jurídica y no hay lugar a manipulación ni engaño.
En un régimen capitalista o de economía de mercado, al pobre se le da la caña de pescar y se le enseña a pescar, para que él pesque sólo, venda su pescado, coma y haga lo que quiera con el fruto de SU PROPIO ESFUERZO. Todo es en base a mérito, a la capacidad del individuo. La mayor parte del presupuesto se invierte en educación, seguridad e infraestructura. La salud solamente mientras no crece la libre competencia entre los proveedores de salud para abaratar los costos y dar mayor acceso a la población.
Soñar es gratis. Yo sueño con una Guatemala capitalista. Un aparato estatal pequeño y eficiente, una población productiva que sea de al menos el 75% de la población total. ¿En que Guatemala preferiría vivir? Me quedo corta, por temas de espacio. Pero esto da muchísimo más para escribir y dialogar.
Nota de Redacción: el presente artículo de Betty Marroquín fue publicado originalmente en El Siglo, Guatemala
Imagen referencial, una ilustración de Victor Solís, en NEXOS nexos.com