Una singular escena ocurre a diario en el Perú, cuando leemos en los sobrevivientes medios de comunicación, que otro escándalo se suma al del día anterior, que otro delito se acumula en la interminable lista de crímenes que se reproducen constantemente desde cualquier nivel del gobierno de ultraizquierda que se encuentra en el poder actualmente.
Le preguntabámos desde MDP Minuto Digital Perú a una relación de lectores que invitamos por teléfono y por email a reflexionar con nosotros sobre estos hechos y las opiniones se fueron concentrando en:
- El problema es la complicidad para cometer y para tapar los delitos- ¿Y quiénes los cometen, quiénes los tapan? Principalmente una gaviilla de proveedores de esos que acostumbran hacer “almuercitos”, otro grupo que se esconde en la academia y realiza conferencias, seminarios y reuniones donde el lobby es la palabra en juego y, lamentablemente -para mal ejemplo siempre- la institución más corrupta de la historia del país: las fuerzas armadas.
- Los que permiten e incentivan la corrupción, son los que se encuentran en el poder de las instituciones que se hacen de la vista gorda: Los colegios profesionales, varios gremios de empresa y representación industrial y los sindicatos que se han formado para reemplazar a los que históricamente perdieron liderazgo.
- Hay una complicidad por sembrar ideologías y mensajes de absurda tolerancia, como si protestar o rebelarse contra el comunismo fuera algo insólito y hasta ilegal. En esa venta de principios se encuentra la Iglesia que lo permite y la jerarquía eclesiástica que se calla, o aplaude furiosamente el mensaje de odio que encarnan el presidente, sus ministros y congresistas.
- El gobierno aplica un poder que se vuelve costumbre: las idas y vueltas. Esto significa que ante un supuesto desatino, le baja las revoluciones o maquilla el “error” para que los ciudadanos digan… “retrocedió” y no es así, porque se trata de una vieja estrategia comunista de dar dos golpes, de restringir dos derechos, pero luego, antes de su aplicación o en el curso de la misma, te devuelve un derecho y se queda instaurada la principal limitación.
- Y lo clásico, el alquiler de periodistas y de sus medios (que no es lo mismo, por si acaso). Así, periodistas que se encuentran en medios aparentemente independientes – y ni uno solo lo es-, fungen de “equilibrados”, de ser voces que no se prestan al poder, ni a los gritos de una oposicion que carece de lideres, pero eso es la máscara, porque en realidad existe un protocolo de pagos que nadie desconoce y se hace indirectamente.
Le preguntaba a Ricardo Escudero, Director de MDP Minuto Digital Perú: ¿El interminable acontecimiento de ser testigos de lo peor de lo peor, nos hace cómplices de esas actitudes? ¿Vamos a terminar acostumbrados a la corrupción, viviendo de rodillas?
Y Ricardo me dijo: “Ser oposición, esa maravillosa palabra que se hace fuerte a cada segundo en cualquier país que se rebela en nombre de la Libertad y la Democracia, no se logra con una baraja de mediocres para enfrentar a una baraja de ladrones, ese es el primer tema a considerar y resolver. Lo prioritario es tener líderes, que esos líderes encarnen un mismo idioma y una misma secuencia para lograr los objetivos y logrados esos objetivos, reflexionar sobre el cómo se llegó a ese nivel de daño para que no vuelva a suceder. Recién allí hay que hablar de candidatos, no desde el principio, ese es un error o nos daremos cuenta allí que entramos a descubrir que se quiere cambiar a los ladrones del bajo mundo, por los ladrones de otra especie. Y en ese juego, hay muchos rondando por dinero, por ansias de poder, por figuración, jamás por patriotismo”
Con es mensaje potente, sólo me queda confirmar que el Perú se encuentra en una encrucijada que está dentro de otras encrucijadas más temibles. Frente a ello, hay que fortalecer la unidad de los ciudadanos y exigir a los que se hacen llamar “líderes de la oposición” que den ejemplo, pero todos los días, en todas sus palabras, en cada uno de sus actos.