Los escándalos en política son hechos casi habituales en un país donde hemos experimentado de todo: dictaduras de izquierda, tiradas a la derecha, gobiernos pusilánimes, populismo desenfrenado, espacios democráticos, militares encadenados al poder y el dinero, mercantilistas oprimiendo al pueblo, todo, absolutamente todo. Así que rasgarse las vestiduras de moralidad democrática, es una hipocresía gigantesca y nadie tiene corona para decirse dueño de la verdad, yo tampoco por supuesto.
Pero usted y yo -por lo menos-, no somos ni ladrones, ni asesinos, no estamos en el gobierno de ahora, ni en el de ayer.
Puestas las cosas en su nivel, vamos a los hechos:
-Nuevos audios revelan que el Presidente ha mentido para conspirar contra la verdad y enmascarar una acción irregular. En ese sentido, juegan en la escena varias personas, todas del entorno presidencial y todas de su confianza -que cansadas-, han revelado la verdad. El dolor del amigo herido por traición y maltrato, es la peor herramienta de venganza. Eso está pasando ahora.
-La conspiración contra la verdad en un caso que tiene hilos relacionados con la moral y la ética, no solamente con hechos que se desprenden hacia manejos de dineros públicos, es un tema escandaloso.
-El imperio de la orden que se debe acatar “porque soy el presidente”, el afirmar “este es el cuestionario que se debe responder, ya están arregladas las preguntas y las respuestas”, nos revela que detrás de esas conversaciones existe una organización criminal que genera diariamente contenidos, encuestas, guiones, fake news, acusaciones, falsas promesas y escenarios de victimización para confundir a la población, haciendo creer que el gobierno es un grupo de sacrificados peruanos, cuando en realidad se trata de una banda de malhechores.
-Dejar que este grupo delincuencial siga en el ejercicio del poder, mintiendo más, corrompiendo más, es una actitud de cobardes.
¿Quienes han conspirado o delatado al presidente? Su propio entorno, sus amantes del poder, sus cómplices mediatos e inmediatos. No ha sido ningún odioso partido político, no ha sido la Confiep ni los sindicatos, no he sido yo, tampoco usted. Así que ninguna pena por el sindicado, tristeza sólo por el Perú.
¿Quienes defienden al gobierno y a este grupo de facinerosos? Los que hablan “ahora” de madurez, de dejar que termine su periodo el gobierno, la izquierda mediática por supuesto y las ONG que viven de la complacencia de beneficios a todas luces también escandalosos y sin transparencia. Pero por encima de todos ellos, la prensa servil, aliada de rodillas al poder, cómplice, sinvergüenza, traidora de las Libertades y la Democracia.
Lectores, lectoras y electores:
La nueva crisis provocada por el gobierno del colapso y la corrupción nos exige un solo camino de unidad al decir “Ahora es hora: o sucumbimos al delito o nos rebelamos por la verdad”
¿Qué dirá el gobierno y su representante? Que es una patraña, un golpe de estado, mentira, complot, que no tiene nada de ilegal, que existe espionaje contra el gobierno que espía a los peruanos….
Ricardo Escudero @primerpedal